Es lógico pensar que los deportistas profesionales, y por supuesto los futbolistas, viven ajenos a los problemas del común de los mortales. Son ricos, famosos y tienen un grupo de gente que les arropa y les proporciona todo lo que necesitan. Hasta que llega una confesión como la de André Gomes, que rompe todos los esquemas. "No me siento bien en el campo, no estoy disfrutando de lo que puedo hacer y he llegado a tener miedo de salir a la calle por vergüenza", declaró el portugués del Barça a la revista Panenka. Esas palabras no cambian la impresión de que Gomes ha ofrecido en estas dos temporadas un nivel insuficiente para jugar en el Barça, pero puede servir para que la afición lo mire con otros ojos. De hecho, así ocurrió cuando entró al campo en el partido frente al Chelsea. Fue la mejor jugada de André Gomes porque así, al menos, rompe con la imagen de futbolista frío, casi indolente, que transmite en cada partido. También ha servido para enterarnos de otros casos, incluso de jugadores que parecían duros como una piedra, y que fuera de los focos mostraban su cara más humana.
