Un día. Tan solo de un día de celebración pudieron disfrutar las jugadoras del Hostelcur Gijón tras ganar su quinta Copa de Europa de hockey patines. Ayer ya comenzaron a preparar el partido de este fin de semana en la pista del Manlleu, actual líder de la OK Liga Femenina con dos puntos más que las gijonesas, y en el que se van a jugar muchas de sus opciones para renovar el título liguero.

"Todos los años las expectativas del club son las mismas: seguir creciendo y jugando cada vez mejor", asegura Sara González, capitana del equipo, quien en estos momentos de alegría tuvo palabras de recuerdo "para todos los que nos están ayudando durante todo este tiempo, para los que fueron a Lisboa a apoyarnos y los que no pudieron ir y también para dos personas como el doctor Antonio Maestro y el fisio Pablo Cuervo, que tanto trabajaron para que las lesionadas se pudieran recuperar a tiempo".

Sara y su hermana Elena son las dos jugadoras que más tiempo llevan en el equipo. Ambas provienen de la cantera y para ellas el título continental logrado el pasado fin de semana supuso una enorme alegría y el resarcirse de la derrota en la final del pasado año, una desilusión en cancha propia. "Fue un palo del que tardamos en recuperarnos", reconoce Sara, que reconoce la frustración que deben de sentir las jugadoras del Benfica, porque "ahora fue a ellas a las que les tocó quedarse con la miel en los labios".

Esa situación no lo vivió Julieta Fernández aunque sí la de haber perdido hace unas semanas la final de la Copa de la Reina. Lo de ella fue llegar y lograr su primer título europeo. "Ganar un campeonato siempre es importante" reconoce. Escuchando a sus compañeras relatar la desilusión sufrida tras la final de la Copa de Europa de la pasada temporada sentencia con voz de veterana: "El deporte siempre te da una segunda oportunidad".

Las jugadoras no se cansan de repetir que son profesionales "en todo menos a la hora de cobrar", ya que el hockey femenino está muy lejos de ser un deporte con el que sus practicantes se puedan ganar la vida. Ahora llegan los homenajes, que agradecen enormemente, pero también piden más ayuda en el día a día, "nosotras más ya no podemos hacer", señalan.

Sara considera de vital importancia la cantera, no en vano el club se nutre en buena parte de ella, y por eso "procuramos ser muy cercanas a los críos, porque siempre es importante que tengan un referente cercano como yo lo tuve en su día".

Los éxitos del Hostelcur Gijón cruzan fronteras y la argentina Julieta ya sabía allá en su Mendoza natal "que era uno de los mejores clubes del mundo". Por eso cuando surgió la posibilidad de venir no lo dudó a pesar de que dejaba atrás a la familia, las compañeras y los estudios. En la decisión de Julieta influyó una exjugadora del equipo gijonés, Luchi Agudo, una de las mejores del mundo y como la propia Julieta reconoció "un referente" para ella tanto deportivo como personal. Luchi le recomendó venir y Julieta no lo dudó. Hoy no se arrepiente en absoluto. "Fue duro pero lo volvería a hacer" asegura, "me recibieron muy bien y hoy más que mis compañeras son mis amigas. Me gustaría seguir aquí, pero es una decisión que tomaré cuando llegue el momento".

Una tradición en el Hostelcur Gijón es acabar la recepción municipal que sigue a cada título remojando la copa conseguida en aguas del Cantábrico. La meteorología no parece halagüeña para la tarde del jueves, cuando está prevista esa recepción, pero la capitana, Sara, se muestra tajante: "Las copas tienen que pasar por el Cantábrico, eso no se negocia".