Anselm Pasquina, barcelonés de 20 años, llegó esta temporada al Avilés procedente del Igualada y se ha ganado a sus compañeros y a la afición por su compromiso y entrega sin reservas en el campo. Es delantero centro, pero en los primeros partidos jugó en el lateral derecho por las necesidades del equipo, y ahora alterna con el extremo izquierdo.

- Usted es uno de los diez que empezaron en agosto después de los problemas institucionales del verano, ¿cómo vivió estos meses de continuas salidas y entradas de futbolistas?

-La verdad es que eso no es trabajo mío. Yo miro por mí y en lo que pienso es en mejorar y sacar lo mejor de mí para el equipo.

- ¿Pensó en dejar el Avilés?

-Nunca. Yo si empiezo termino, ya sea descendiendo o subiendo a Segunda B.

- ¿Tuvo ofertas para irse?

-Algo hubo, pero nada que yo pensé que sería mejor que estar en el Avilés, y ahora no hay nada firme porque no hay contratos, pero sí interés de algún club.

- Una pena que su cuarto gol en la temporada no haya servido para sumar ante el Llanes.

-Sí. Mi intención era salir e intentar ayudar al equipo y con ese gol tampoco ayudé mucho, pero yo siempre intento dar el máximo porque mi compromiso es total. Yo soy así y nunca voy a cambiar.

- Que feo lo tiene el Avilés...

-Sí, así es el fútbol y tenemos que tirar con lo que ha pasado y con lo que hay. No queda otra que seguir, intentar hacerlo lo mejor posible en los partidos que nos quedan y luchar hasta el pitido final para sacar esto adelante.

- Es muy duro todo.

-Muy duro. Pero en la vida hay cosas mucho peores que esto, así que estoy feliz por estar aquí.

- Así las cosas, es normal que el vestuario no esté animado.

-Bueno, tampoco está tan desanimado, pero las derrotas se notan en la espalda. A todos nos gusta sacar tres puntos cada partido, pero no es así y toca callar y seguir trabajando al máximo.

- Y el domingo llega una verdadera final en Valdesoto.

-Pues sí, es una final muy importante y todos vamos a dar el cien por cien para traer esos tres puntos que tanto necesitamos.

- ¿Siente el enorme cariño que le tiene la poca afición que acude al Suárez Puerta?

-Sí, la verdad es que la afición siempre me ayuda y me anima para seguir adelante. Lo agradezco de corazón porque aquí no tengo a nadie y ellos me ayudan, igual que los compañeros del equipo. Todos forman una fuerza que me hace seguir peleando por hacer las cosas lo mejor posible.

- ¿Cree que hay posibilidades de evitar el descenso del decano del fútbol asturiano?

-Claro que sí, hasta el último punto hay posibilidades. La esperanza es lo último que se pierde y puedo asegurar que yo voy a luchar hasta el último día, incluso aunque no se pueda hacer nada, yo voy a luchar. Si algo bueno tengo es que nunca me doy por vencido y creo que tenemos muchas posibilidades de salvar esto. Es verdad que no va a ser fácil, pero vamos a trabajar para intentar conseguir el objetivo.

- ¿Habrá más sentadas si persisten los impagos?

-No tengo ni idea. Yo no me meto en esos temas. Lo único que hago es entrenar, competir y tratar de rendir al cien por cien.

- ¿Cómo vive en Avilés?

-Muy tranquilo y diferente de la que hacía en Barcelona. Me cuido, como bien y siempre voy al gimnasio, aunque sólo sea para estirar. Intento hacer las cosas que hacen los mejores porque para ser un futbolista profesional hay que actuar como tal.

- ¿Y cómo se vive sin cobrar?

-Es complicado, pero tengo ahorros de hace algunos años y tampoco necesito mucho.