Víctor Pérez estuvo muy cerca de dar al Unión Financiera su segunda victoria consecutiva sobre la bocina en sólo ocho días. El capitán encestó ante Palencia y los ovetenses ganaron (73-72). Ayer, ante Manresa erró el triple final y perdieron. La diferencia entre asaltar el Nou Congost, la pista de un campeón de la ACB, y no hacerlo estuvo en el acierto del sevillano. Y le faltó muy poco.

El resultado deja el regusto amargo de la derrota, pero la satisfacción de comprobar que el equipo es capaz de competir en una pista tan complicada y ante jugadores como Jordi Trías y Nacho Martín, dos internacionales que tuvieron que aplicarse a fondo para evitar que los asturianos les dejaran casi sin opciones de alcanzar el primer puesto, el único que da el ascenso directo a la ACB, que sigue manteniendo el Breogán de Lugo.

Y eso que el Oviedo Baloncesto tiene aún muchas cosas por mejorar y a jugadores que han de ofrecer más cosas al equipo. El croata Zoran Vrkic, un refuerzo de lujo, debe aportar mucho más en ataque, ser más agresivo a la hora de irse a canasta y más determinante frente a jugadores a los que supera físicamente. El caso de Carlson parece diferente. El estadounidense da la sensación de estar aún un poco fuera de forma y ésa puede ser una de las razones que ayer le llevaron a errar tantos lanzamientos triples (anotó dos en ocho intentos). Otro apartado que debe controlar el equipo ovetense para poder competir ante los mejores de la LEB Oro son los errores innecesarios. Nick Novak perdió dos balones por tardar más de ocho segundos en cruzar el campo, un detalle que puede costar caro al equipo. También han de mejorar el porcentaje de acierto en los tiros libres (ayer anotaron 11 de 18 intentos). Esos detalles y una mejor compenetración en ataque deberían hacer que suba la anotación de un equipo que está defendiendo a buen nivel.

El partido de ayer entre Manresa y Oviedo estuvo tan ajustado porque ninguno de los dos fue capaz de aprovechar los errores del contrario para conseguir una renta importante. Y eso que si el Oviedo falló en el tiro exterior lo de Manresa fue un desastre (tres triples en veintiún intentos).

El inicio del partido fue una buena muestra de lo que sucedería después. Con cuatro minutos jugados, el marcador era de 4-4 y Carlson ya había errado tres triples. Poco a poco, entre Trías y Nacho Martín se las compusieron para ir despegando a Manresa. Tres tiros libres del exjugador del Oviedo Baloncesto Álvaro Muñoz dieron diez puntos de renta (22-12) a los catalanes al final del primer cuarto.

El segundo fue extraño. Oviedo anotaba por medio de Karahodzic, pero sin tener demasiada fluidez en ataque, y Manresa iba a tirones, con Allen y Lundberg tirando del carro. Pero entre el acierto de Geks y los rebotes de Chema González, el Unión Financiera fue limando distancias y el partido se fue al descanso en un pañuelo (36-33).

El mejor parcial de los ovetenses fue, sin duda, el tercero. También fue una ocasión perdida para haber roto el encuentro a su favor. Un triple de Karahodzic dio la que fue la mayor renta de los ovetenses en todo el encuentro (42-48 a 4.24 de terminar el tercer cuarto). Pero entre los errores no provocados del cuadro ovetense, con un errático Novak, y la energía de Hamilton, que se infló a coger rebotes ofensivos, el Manresa le dio la vuelta a la tortilla y comenzó el último cuarto con una ventaja de cinco puntos (56-51).

El atasco por las dos partes en el último parcial fue monumental. Un triple de Carlson ponía las tablas (57-57) a 6.34 del final. Manresa era incapaz de anotar y Oviedo de sacar provecho de esta circunstancia. Ni Geks, un tirador excepcional, fue fiable ayer desde la línea de personal. Al final, cuando estaba en juego que la victoria se quedara en Manresa o se fuera para Oviedo, llegaron Nacho Martín y Jordi Trías para tirar de galones.

Una canasta del pívot catalán y un triple del vallisoletano dieron cinco preciosos puntos de ventaja a Manresa (69-64) a 1.27 del final. Anotó Belemene y Víctor tuvo un triple para empatar. Un tiro libre de Manresa y dos del Oviedo pusieron el marcador en dos puntos (70-68) a 29 segundos. Y una buena defensa de los ovetenses les concedió la última opción. Se la jugó el capitán, Víctor Pérez, el que nunca se esconde. Esta vez falló.