El Unión Financiera se impuso con solvencia, pero sin brillantez, a un Barcelona B algo deslavazado y que nunca dio la sensación de poder llevarse la victoria de Pumarín. Un resultado que sirve para dejar prácticamente cumplido otro objetivo de los ovetenses: jugar el primer cruce del play-off de ascenso a la ACB con el factor cancha a su favor. Lo harán si quedan entre los cinco primeros clasificados y para eso les basta con ganar uno de los tres partidos que restan de liga regular. El cuarto puesto también lo tienen muy de cara, ya que le sacan una victoria y el basket-average al quinto, el Melilla.

Encarrilada la clasificación, al equipo ahora le hace falta terminar de engrasar la máquina para llegar en las mejores condiciones posibles a un play-off en el que hay depositadas muchas esperanzas. El Oviedo Baloncesto de ayer es capaz de ganar sin demasiados problemas a un Barcelona B al que le sobra talento pero le falta experiencia en la LEB Oro, pero así tendrá muchas dificultades cuando les toque uno de los gallitos de la categoría, equipos confeccionados para subir y a los que deberá superar si aspiran a alcanzar la gloria.

El partido comenzó bien para el conjunto ovetense, que anotaba con mucha más facilidad que en partidos anteriores. Pero, a pesar de todo, los puntos llegaban más por acciones de mérito de algunos jugadores que por un movimiento de balón que generara ventajas. La fuerza de Belemene, la facilidad de Santana para entrar a canasta o la privilegiada mano de Geks fueron el principal granero de puntos para un Unión Financiera que se fue del primer parcial con una cómoda renta (24-16). Poco más o menos sucedió en el segundo parcial: chispazos de anotación mezclados con momentos de caos, protagonizados en muchas ocasiones por un Nick Novak excesivamente impredecible.

Una de las grandes lagunas la tuvo el equipo a la salida de vestuarios. Pérdidas, malas defensas y cierto despiste provocaron que el filial azulgrana se pusiera a dos puntos (52-50) a 7.33 del final del tercer cuarto. Reaccionaron los ovetenses con un triple de Carlson con el que se inició un parcial de 9-1 que devolvió diez puntos de ventaja a los ovetenses (61-51). Es de destacar en estos momentos la actitud de Chema González. El zaragozano podrá estar más o menos acertado en ataque, pero su entrega siempre da como resultado algún rebote ofensivo o algún balón tocado que acaba en la mano de un compañero. Un jugador que siempre aporta cosas.

Con diez puntos de renta (69-59) de seguridad para los ovetenses se llegó al último cuarto. Un buen inicio de Novak y de un Geks en plan ametralladora (anotó siete puntos seguidos) en el lanzamiento exterior dejaron el choque casi finiquitado (80-61) a 5.47 del final. Un tiempo muerto de Alfredo Julbe dio paso a otro momento de zozobra del equipo ovetense. Una vez más, Novak, que había tenido unos minutos buenos, quiso hacer demasiadas cosas demasiado rápido y empezó a perder balones y a tomar malas decisiones. El choque estaba controlado y lo único que pasó es que la renta bajó a nueve puntos (84-75) a 1.04 del final.

Lo más interesante de los últimos instantes del partido fue la aparición de Alonso Meana, el canterano del Oviedo Baloncesto, que anotó dos puntos. Su entrada al campo arrancó un sonoro aplauso de una afición que sí que demostró estar en plenas facultades para el play-off. Ellos pondrán el ruido.