La derrota del domingo ante el Peña Sport confirmó el descenso del Caudal del centenario. El equipo mierense, con un presupuesto de más de 600.000 euros, es de Tercera y varias han sido las claves de este fracaso.

Desencuentro con la afición. La temporada 2017-18 no comenzó todo lo bien que era de esperar. El sector más radical de la afición no entendió la salida de Iván Ania al final del pasado curso por unas desavenencias entre la directiva y el cuerpo técnico por la continuidad del segundo entrenador, Mario Prieto. El club no quiso su continuidad ante lo que Ania optó por no seguir. Este malestar entre los aficionados hizo que entre los seguidores hubiera un distanciamiento con el equipo desde junio.

Planificación tardía. El curso comenzó con inquietud en la grada y más cuando el equipo inició la pretemporada con sólo once jugadores del primer plantel. Paco quiso esperar movimientos en el mercado de fichajes y tardaron en llegar muchos refuerzos hasta el punto que llegó a iniciarse el curso, y aún llegaron jugadores como Thaylor o Calahorro.

Un equipo sin estilo. Primero Paco y luego Josu Uribe no han sido capaces de dotar al Caudal de un estilo propio. Paco comenzó la temporada tratando de apostar por un 4-1-4-1, pero ante los resultados positivos pasó a un 4-2-3-1 y luego a un 4-4-2. Si Paco fue incapaz de dotar de estilo propio al Caudal, Uribe tampoco. El gijonés recalcó que quería un equipo que dominara las transiciones y lo hizo en base a la velocidad por las bandas, pero luego pasó a un sistema con tres centrales y ahora a uno con centrocampistas en las bandas como Yosu Camporro o Alberto Gómez.

Ineficacia ofensiva. Si algún problema está teniendo el Caudal es la falta de gol. Trece tantos marcados en treinta y tres encuentros hacen del Caudal el peor ataque del fútbol español. El equipo mierense ha dominado infinidad de encuentros, pero su falta de gol le ha lastrado. El máximo goleador del equipo es Iker Alegre, con cinco tantos y los dos delanteros del equipo, Borja Navarro y Javi Camochu, no se han estrenado.

Dudas en la portería. Si en ataque el Caudal ha estado negado, en la portería no ha sido capaz de encontrar un titular. El club renovó al meta Bussman, pero durante el verano Paco apostó por el joven Rabanillo. Con la llegada de Uribe el Caudal fichó a Óscar Santiago, que ya había sonado en agosto y le dio la titularidad, pero más tarde volvió a recurrir a Rabanillo quien ya no jugará más por una lesión en la mano.

Nula reacción tras la revolución de enero. Con la dimisión de Paco en el mes de noviembre y la llegada de Uribe, el técnico gijonés dijo que "el Caudal necesita girar" y lo hizo. En el mercado invernal se fueron diez jugadores y llegaron nueve esperando una reacción para salvar la categoría que nunca llegó. Seis puntos en dieciséis encuentros es la renta de este "nuevo" Caudal que sirvieron para certificar el descenso a Tercera División en el año del centenario del club mierense.