El Real Avilés tiene muy complicada la permanencia en Tercera y la ciudad lo sabe, lo saben muchos, aunque no sigan el fútbol, porque la historia del club se remonta ya muchos años y es una institución. "Yo no soy muy futbolero, pero sí sé que el Avilés lo está pasando muy mal. Es una pena que una ciudad con 85.000 habitantes tenga al equipo de toda la vida esté en esta situación", explica el exboxeador carreñense afincado en Avilés Enrique Rodríguez Cal, "Dacal", primer medallista olímpico asturiano.

El equipo afecta de una manera u otra a la ciudad, no sólo a lo deportivo. Francisco Menéndez, el presidente de la Cámara de Comercio, tiene claro que un equipo que juega fuera de Asturias es un punto a favor de la promoción de su localidad. "En Tercera, como está, tampoco ayuda muchísimo al comercio, pero está claro que si baja a Preferente esa posible ayuda queda ya en algo anecdótico. Ahora podría subir a Segunda B si las cosas se hacen bien, que es donde realmente se nota en la ciudad", sostiene el presidente. Eso sí, espera la salvación del equipo: "Todavía no hay que asesinarlo, quedan partidos por delante".

Carlos Guardado, divulgador gastronómico, fue ATS del Avilés en los años 70. "Que baje un club de tu ciudad es malo y encima si es el que lleva el nombre de la ciudad, peor. Es malo para todos, para el deporte, para la ciudad y para la economía, por lo que representa un club para una ciudad. En Preferente son al menos dos años para llegar ahí, si no son más, que salir de Regional es muy difícil", sostiene Guardado. El gastrónomo, aficionado al fútbol, sabe que será difícil que el Avilés se salve, aunque todavía tiene opciones, y ya mira más allá y busca soluciones para sacar al club de la crisis institucional: "Poca solución hay desde fuera. Es una sociedad anónima y sólo puede hacer algo quien compre las acciones. Es ley de mercado".

Alguien que sabe mucho de la repercusión del fútbol es Marcelo Campanal, el exjugador internacional y atleta veterano. "Estoy muy desilusionado. El Avilés siempre tuvo una categoría, tiene una historia detrás y no me creo que ahora esté en la cuerda floja para caer a Preferente", comenta Campanal. El exfutbolista apela a los mejores tiempos del equipo blanquiazul para lanzar un mensaje de unión. "Todo el mundo en Avilés debería salvarlo, en recuerdo de tiempos pasados. Fui una vez al Suárez Puerta el año pasado y me dio pena ver las gradas casi vacías. Me marché del campo de la lástima que me dio", explica, para añadir que le apena que el Avilés no esté en la categoría que debería estar, saliendo fuera de Asturias y llevar fuera el nombre de la ciudad.

Pepa Sanz, cronista oficial de la villa, recuerda aquellos tiempos en los que su padre la llevaba al viejo Suárez Puerta. "Como avilesina, me dolería muchísimo ver al Avilés ahí abajo, pero tampoco hay que cegarse en ello, porque igual que se baja, se puede subir", sostiene. Ella ve que un descenso del Avilés puede ser hasta positivo: "Si no queda otro remedio, igual tiene que bajar para tener una cura de humildad y resurgir". La cronista saca a relucir el debate sobre el fútbol moderno. "Los equipos ya no son sociedades deportivas, sino anónimas, y así dependen mucho de quién manda. El problema está en que esa sociedad anónima vaya a dejar caer al Avilés más", añade la cronista.