Cuando el extremo David de la Mano saltó al césped del Suárez Puerta el pasado martes para entrenar, el estadio del Real Avilés le pareció el Santiago Bernabeu. Como él, los 12 chavales que componen el alevín A del club blanquiazul, acostumbrados a entrenador en las instalaciones de La Toba, disfrutaron como enanos de su primera vez en un campo de fútbol 11, en un marco incomparable, donde cada 15 días juegan los mayores en los que se fijan los chiquillos de la escuadra que comanda Tino Rodríguez. "A pesar de la mala temporada, todavía se pueden salvar", expresó seguro de sí mismo el portero de 11 años, Javier Pérez, socio del Avilés desde que tenía seis años.

A partir del pasado día 17 de abril, el alevín A del Real Avilés entrenará todos los martes, por falta de espacio, en el Suárez Puerta. Los jugadores de esta categoría juegan habitualmente en un campo para siete jugadores. Sin embargo, la temporada próxima pasarán a jugar en un terreno de juego para once jugadores. Para adaptar a un equipo, que marcha cuarto en la Segunda División Regional, se ha estimado abrir las puertas del recinto municipal. Una decisión que ha generado una ilusión enorme en los jovencísimos futbolistas.

"Nos cambiamos en el vestuario visitante. Nos llamó mucho la atención porque es más grande y tiene camillas de masajes", indicó el centrocampista Emilio Jiménez. "Me noté bien desde el principio. Regateé a Chilavert (uno de sus compañeros) con una cola de vaca", contó, seguro de sí mismo, el mediocentro Nel García. "Tuve que dar alguna que otra patada, para ganarme el sitio", indicó el aspirante a central, Adrián García. "Al principio estaba un pelín nervioso, sobre todo en los córners", confesó el defensa Hugo López. "A mí me costó un poco más, porque la portería me queda un poco grande", matizó el portero Pelayo Arenas.

Al estar en el campo donde juega el primer equipo, los alevines también aprovecharon para mandar ánimos a la plantilla que comanda 'Xiel'. "Es muy buen entrenador. A nosotros nos dirigió el año pasado. Si los motiva bien, todavía pueden salvarse", exclamó el extremo diestro Adrián Fuego. El que más claro lo tiene es el arquero Javi Pérez, que se define como "ultra" del equipo, "aunque sin pegarse, sólo animando".

Así de esperanzados se muestran los jugadores que podrían ser el futuro de un club que pasa por su peor momento de la historia. Pase lo que pase a final de temporada, estos chiquillos del alevín A al menos habrán tenido una primera vez, futbolísticamente hablando, que jamás olvidarán. Y es que el Suárez Puerta es mucho Suárez Puerta.