Esto del deporte no es de ahora, aunque la moda del running, que antes fue footing y mucho antes "ponerse a correr", haya asaltado peligrosamente la mente de un buen número de ciudadanos. Con la práctica deportiva, unos se quedan cortos haciendo largos en el sofá de casa, y otros tienden a la desmedida.

Lo explicaba la directora general de Universidades, Cristina Valdés, a la que le gusta ir más allá del discurso protocolario cuando le toca intervenir en los actos académicos.

Su "lección" de ayer nos retrotrae al Renacimiento italiano, a un diplomático de cultura amplia que se llamaba Baldassare Castigliore y a su obra más significativa, "El cortesano". Son unos llamativos consejos sobre armas y letras, buena conversación y trato agradable, habilidades de música... y también de ejercicio físico.

Nos situamos en torno al año 1528 y en Italia aún no existía el fútbol (¿será verdad que hubo un tiempo, muy lejano, muy difuso, en el que no había Liga?). Gracias a tan dramática ausencia, gente excéntrica como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci o Rafael se dedicaban en aquellas décadas renacentistas a pintar y esculpir.

"Decía Castigliore que había que ser virtuosos en mente y cuerpo, que había que practicar justas, tenis o natación y que el ejercicio físico convierte a las personas en seres más tolerantes", explicó Cristina Valdés. Por cierto, los consejos los hacía extensivos a las mujeres.

Hay que entender la actividad física "como un verdadero fármaco", explicó el químico García Granda, al que le tocó ejercer de jurado de alguna de las ediciones anteriores de estos premios. "Siempre nos quedábamos con cierto mal sabor de boca por la cantidad de grandes investigaciones que no podían ser premiadas" dada la enorme competencia.

La actividad física como medio para curar pero también para prevenir, "sobre todo frente a los peligros del sedentarismo y la obesidad, consideradas ya como las pandemias del siglo XXI".