Madrid, N. L.

Los aficionados del Sevilla, apoyados por otra buena parte del publico que asistió al estadio Wanda Metropolitano a presenciar la final de la Copa del Rey, atenuaron los silbidos de un sector de la grada azulgrana, en una atmósfera festiva y mucho menos hostil que en ediciones anteriores.

Los hinchas del conjunto andaluz tararearon el himno. El ya habitual 'Lo, lo, lo, lo" que acompaña en la grada cada vez que juega la selección española se escuchó con fuerza al ritmo de los acordes que despedía la flamante megafonía del nuevo estadio.

De hecho, resultó significativo contemplar como en la grada del Barcelona ondeaban más banderas españolas que en otras ocasiones. Cada club recibió 23.850 localidades y el Barcelona tuvo el apoyo de miles de seguidores de peñas de fuera de Cataluña.

Después de una jornada de fiesta e ilusiones, con tan solo algún incidente puntual -entre ellos un autobús de seguidores hispalenses apedreado-, en la que los aficionados disfrutaron por las calles de Madrid y en las respectivas zonas de aficionados -junto a la estación de metro de Canillejas los sevillistas y de Las Rosas los barcelonistas-, el Metropolitano, que alberga por primera vez una final copera, fue el centro de atención al fútbol.