A estas alturas, con el equipo en Tercera y un guirigay institucional que está ensombreciendo de forma sonrojante el año de su centenario, el Caudal tiene otras cosas en las que pensar que en el asunto deportivo. Cada partido es un suplicio para el equipo de Mieres, que encadena derrota tras derrota en una temporada para olvidar. Ayer, el equipo de Josu Uribe, que no ha conseguido ganar ni un solo partido desde que revolucionó la plantilla y reemplazó a Paco Fernández, incorporó a su catálogo una nueva decepción. Esta vez frente al Athletic B. En un duelo con protagonismo del colegiado Muñiz Ruiz, con polémicas decisiones que no fueron decisivas en el cómputo global del encuentro, el botín fue para el equipo más efectivo. El filial del Athletic se adelantó en la primera ocasión que tuvo y, después del empate, sentenció al final.

Resuelto hace semanas su destino deportivo, que está en Tercera División, la trascendencia de los resultados de estas jornadas inciden únicamente en la imagen de la entidad, que no es poco para un club de la talla histórica del Caudal. En un escenario de incertidumbre total en los despachos, con el segundo proceso electoral en marcha y una asamblea casi vacía (sólo asistieron doce socios), una victoria en el césped sería un balón de oxígeno. El Caudal se tambalea por arriba y por abajo y cualquier noticia positiva ayuda. Por ejemplo una victoria.

Ayer no llegó porque, como ha sucedido durante toda la temporada, el Caudal tuvo más voluntad que acierto. Empezó perdiendo por un gol de Íñigo Vicente, que Cristian, a falta de veinte minutos para el final, logró neutralizar. Pero Óscar Gil, en el minuto 82, sentenció a los de Uribe, que acabaron con un jugador menos por la expulsión de Catú por doble amonestación.

La derrota, la octava que cosecha el Caudal en el Hermanos Antuña, engorda la lista de decepciones de una afición que ayer reunió a 400 espectadores en el estadio. Amortizado el descenso, ahora el foco se centra sobre lo institucional. No hay candidatos que quieran hacerse cargo del club. No, al menos, candidatos que cumplan ahora mismo los requisitos exigidos. Se busca presidente, parte dos.