El Mavi Nuevas Tecnologías se proclamó ayer campeón de la Copa de la Reina de balonmano femenino. Es su primer título nacional y es un enorme éxito para un club en alza. Las gijonesas superaron al gran favorito, el Bera Bera vasco, en un duelo en el que expusieron a la perfección sobre la pista la hoja de ruta planificada por su entrenador, Diego Lafuente. Se llevaron el triunfo por 20-17. Las guerreras de Asturias ya forman parte de la historia del deporte regional.

El partido comenzó con el Mavi realizando ataques más elaborados que chocaban con la velocidad del Bera Bera. Un arma que supo frenar el equipo de Diego Lafuente, consciente de que era un camino que no le beneficiaría. Marizza Faría se encargó de ordenar el juego y dirigir a las gijonesas, mientras que Renata Lais comenzaba su imperial actuación bajo palos. Una más para la colección. Desde el minuto 6, el equipo gijonés se puso por delante (3-2) y desde ese momento ya nunca más se vio por debajo en el marcador. Las precipitaciones condenaban a ambos equipos en una primera mitad con muy pocos goles, con imprecisiones y en el que cada detalle se cuidaba con mimo. Diego Lafuente incidía en mantener la calma y cerrar con fuerza su defensa, y ahí estuvo una de las grandes claves (Bera Bera finalizó con sólo diecisiete goles). Al descanso, se reflejaba un 8-7 que hablaba por sí solo.

En la reanudación, llegaron los mejores minutos del Mavi con un parcial de 5-1 que le situaban con una renta de cuatro goles a su favor (14-10) y que le situaban en una gran disposición para acariciar el título. Los nervios comenzaron a hacer mella en las guipuzcoanas, que partían con claridad con la vitola de favoritas. Pero el Mavi no estuvo temeroso, tiró de ilusión y de calidad para apoyarse en una gran defensa, en las paradas de Renata Lais -hasta once de la brasileña- y en el acierto en ataque para mantener su renta. Ni siquiera las últimas exclusiones, la defensa mixta planteada por el Bera Bera, ni la lesión de Raquel Caño a ocho minutos del final impidieron que al equipo de Lafuente se les escapase de las manos una Copa que viajaba con destino a Gijón. El sueño se hizo realidad.