El proceso judicial para dilucidar quién tiene la razón en el conflicto entre el Real Avilés e IQ Finanzas por la gestión del club entre diciembre de 2016 y julio de 2017 se retoma hoy con la vista previa en los Juzgados de Avilés. Es decir, el momento en el que se fija la fecha del juicio y los abogados de ambas partes presentan las pruebas que apoyen su postura. Se trata de un trámite más del culebrón que lleva coleando desde el pasado verano, cuando el club presentó una demanda contra los gestores por incumplimiento de contrato, pero que reactiva la maquinaria judicial para aclarar qué ocurrió en la salida de IQ.

El club, con José María Tejero a la cabeza, rescindió el contrato con IQ por burofax en abril de 2017, una opción que el propio acuerdo recogía si había un incumplimiento de alguna de las cláusulas. Los gestores no dieron acuse de recibo y continuaron dirigiendo el club. Fue entonces cuando el Avilés presentó la demanda. A aquella demanda le acompañó una cautelar para que Tejero asumiera la gestión, mientras que IQ solicitó que no les apartaran mientras se dilucidara el proceso. El juez dejó el club en manos de Tejero.

Eso pasó en los juzgados, pero, mientras tanto, en el campo se "montó un circo", como los propios protagonistas lo definieron. El Avilés empezó a entrenar con dos equipos, uno gestionado por IQ y otro por el propio Real Avilés, que tenía los derechos federativos y fue el que acabó inscribiendo en la competición liguera a sus jugadores. Eso sí, con un equipo hecho a la carrera, apenas una semana antes de empezar a competir. Esos comienzos convulsos marcaron, por un lado, una fuga de aficionados desencantados, y, por otro, el devenir del equipo a lo largo de la temporada, para que ahora esté agonizando en busca de aprovechar sus últimas opciones de permanencia en Tercera.

Con este proceso judicial, el club quiere confirmar que, efectivamente, el acuerdo de cuatro años con IQ Finanzas está extinto, que no hay lugar a dudas. Alega el incumplimiento de varias cláusulas, dos de ellas ya reconocidas por un fallo judicial en la petición de las cautelares: que IQ no presentó el aval de la siguiente temporada (la actual) en plazo y que tampoco hizo frente al pago de 1.000 euros mensuales a un administrador del club, que también recogía el acuerdo.

Por su parte, IQ espera demostrar que los incumplimientos fueron por parte de Tejero, "que interfirió en todo momento en la gestión". El exgestor del Avilés, Álvaro López explicaba ayer desde México que sólo espera que se aclaren las cosas y recuperar "el dinero perdido" mediante una indemnización: "No le guardo rencor a la afición y nunca a Avilés. Estaba ilusionado, pero ha sido increíble todo lo que nos hicieron sólo por llegar con dinero para intentar sacar adelante las cosas".