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Desde la Meseta

Corrupción que salpica

En Asturias decimos chiscar. Dígase de una forma u otra, a muchos llegan las raras operaciones mercantiles. Siempre piensa uno que no será alcanzado con alguna trama y luego ponen cara de inocente.

¿Cara? Muchas veces decíamos en Asturias: que cara más dura tienes, pareces de Tudela de Veguin, por aquello de la fábrica de cemento. Pero fábricas de cemento armado hay muchas y en diversos sitios.

Casi todos los días aparece un caso que, prejuzgado, poco después pilla, salpica o chisca al que presumió de honrado. Y luego vienen las disculpas o "yo no hice nada malo, surgió porque surgió".

La honradez se va evaporando y los que más presumen de ser buena gente y militan en organizaciones trasparentes, terminan cayendo en su propia trampa. Y es que esto de la avaricia es tentador y termina rompiendo el saco.

Y hoy no citamos a ningún nombre, porque ustedes los conocen a todos. Salpicados algunos y duchados otros. Triste historia la de todos ellos y encausados bastantes, por eso, por resultar chiscados.

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