A principios del siglo XXI, durante los años 2000 y 2006, el torneo de judo del colegio Buen Consejo era una de las referencias en el panorama de la ciudad. Ahora, tras doce años de ausencia, el Judo Avilés ha recuperado esta cita, donde acudieron cerca de 200 jóvenes judokas, desde categoría alevín -13 años- hasta los minibenjamines -+ 3 años-. "Es la fiesta del judo avilesino y en parte, también de el judo a nivel de cantera regional", señaló Carlos Fernández, director técnico del Judo Avilés, organizador de la competición. "En la ciudad hay una gran pasión por este deporte", añadió.

Enmarcado dentro de la liga avilesina, el torneo se celebró en la cancha cubierta del Buen Consejo. El recinto no pudo tener un mejor estreno deportivo. Inaugurada hace dos días, mezcló un gran ambiente de competición y compañerismo, en una cita donde participaron nueve entidades: los colegios gijoneses de La Inmaculada, La Calzada, el también gijones club de judo Asalia Beya, el Judo Oviedo, el Enrique Alonso, el Palacio Valdés, el colegio de Versalles, Los Canapés, el Buen Consejo y por último el Judo Club Avilés.

Ojeando que todo saliera a la mil maravillas, estaba Yolanda Soler, exmedallista olímpica (bronce en Atlanta 96) y entrenadora del equipo avilesino, desde septiembre de 2017. "Aún estoy recién aterrizada, pero lo cierto es que es un lujo ver a tanta gente concentrada", indicó la que fuera séptima clasificada en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. "Esto es una gran apuesta personal y profesional", finiquitó la exjudoka.

Alejandra Pérez, de 12 años, fue una de las ganadoras en la categoría infantil. Se dio la circunstancia de que en su peso, menos de 52 kilos, era la única niña participante, por lo que tuvo que combatir contra cuatro chicos, cuajando un gran papel. Aún así la pequeña se resta méritos. "Lo más importante es poder participar, pasárselo bien y aprender de todos los compañeros", explicó la judoka avilesa, que sueña con poder llegar a unos Juegos Olímpicos. "Cuando gané pensé más en cómo poder seguir mejorando, porque aunque el torneo me salió bien, siempre se puede ser mejor", explicó Pérez, que es un buen ejemplo de lo que representó ayer el torneo del Buen Consejo: deportividad y sobre todo mucha pasión por el judo.