El técnico Joaquín Caparrós, presentado este domingo como entrenador del Sevilla para los cuatro partidos que le restan de liga y tras la destitución del italiano Vincenzo Montella, destacó que este club es su "casa" y que "estaba deseando volver".

El utrerano, que cumplirá 63 años el próximo octubre y que dirigió al Sevilla durante cinco temporadas (2000-05), compareció en la sala de prensa del estadio Ramón Sánchez Pizjuán junto al presidente de la entidad, su paisano José Castro, mientras que en la primera fila de asientos estaba todo su nuevo equipo de colaboradores.

Caparrós compareció elegantemente vestido, con chaqueta azul marino, camisa clara, una lustrosa corbata roja y un escudo del Sevilla en la solapa, y desde el inicio destacó su ilusión y ganas de empezar a trabajar en un club para el que siempre estaba disponible "para cuando lo creyeran conveniente".

El nuevo entrenador sevillista, que este domingo inició su segunda etapa como técnico del equipo trece años después de abandonar el cargo, dijo que el nivel de la plantilla es "espectacular", por lo que cuenta con "recursos para lograr los objetivos del club".

Caparrós confía en conquistar la séptima plaza, sinónimo de clasificación europea, perdida este domingo por el Sevilla gracias a una "plantilla con mucha calidad" y presencia de "muchos futbolistas internacionales", si bien precisó que han "entrado en una dinámica mala".

"Pero insisto en que hay una plantilla espectacular, con jugadores contrastados, por lo tanto vamos a pelear. Nos vamos a dejar todo por intentar conseguir los objetivos que el club se puso al principio de la temporada", añadió.

Joaquín Caparrós se encomendó a la receta "paso a paso, partido a partido" para un final de temporada en el que "primero vendrá la Real Sociedad, luego vendrá el Real Madrid... y el siguiente", en referencia al derbi de la penúltima jornada del que ahora no se ocupa porque prefiere "estar pendiente de lo más inmediato".

Sobre el cargo que ocupará al término de esta Liga, el técnico andaluz no especificó pero mostró su deseo de "servir al club" estando "al lado de la cantera", ya que considera que el Sevilla goza de "la mejor fábrica de futbolistas y al mejor director de fútbol base", que es Pablo Blanco.

El nuevo entrenador sevillista se congratuló por el crecimiento del Sevilla desde su marcha, ya que piensa que se ha convertido "en un grande del fútbol español y también a nivel mundial, con una estructura de club muy importante", y puso como ejemplo "la ciudad deportiva que ha construido", que le ha "dejado una sensación de mucha grandeza".

Caparrós también se refirió al problema disciplinario del centrocampista francés Steven Nzonzi, al que tendrá que "mirar a los ojitos" antes de reintegrarlo en el equipo, lo que "dependerá de lo que haga, de si parpadea o le brillan los ojos".