Diego Maradona y Leo Messi necesitaron dejar atrás a cinco rivales, más el portero, para marcar dos de los goles más recordados de la historia. Un burgalés afincado en Oviedo, que juega en el Universidad de Preferente, se deshizo de siete jugadores del Vallobín antes de encarar al portero y sentarlo con la misma facilidad que los cracks argentinos. David Jesús Sanz Salgado, Davo en el fútbol (Burgos, 12 de abril de 1996), es defensa central y no saca más beneficio del fútbol que la gratuidad de la matrícula de su carrera, Biología. Pero ayer, gracias a un vídeo viral, compartió protagonismo con las estrellas.

Davo juega de libre en la defensa de tres centrales que suele disponer su entrenador en el Uni, Emilio. "Soy de salir con el balón jugado, para avanzar rompiendo líneas o filtrando algún pase", explica Davo, que nunca se imaginó que aquel balón que cortó en el minuto 6 del segundo tiempo iba a acabar como acabó. "Llegó el balón botando, me anticipé al delantero del Vallobín y a partir de ahí no me quedó más remedio que ir sorteando rivales porque no me daba tiempo a otra cosa".

El tercer obstáculo, ya pasado el centro del campo, lo superó con un poco de suerte tras un rebote. Tras irse del cuarto por fuerza llegó el momento crítico de la jugada, ya que el número 7 del Vallobín forcejeó con él durante unos metros: "Si me llego a parar, el árbitro hubiese pitado falta porque me iba agarrando del brazo", razona Davo. Pero siguió y, ya al borde del área, dejó tirado a otro jugador. En su camino, Davo sólo tenía a un defensa y al portero. Y ahí vino lo mejor.

"Los regateé con una pisada", explica refiriéndose al movimiento de pasar levemente la planta de la bota sobre el balón. "Lo suelo hacer en los entrenamientos y, por suerte, el domingo me salieron bien", añade. Tras marcar a puerta vacía, todos sus compañeros, incluido el portero, fueron a felicitarle. "Sabía que había sido un buen gol, pero en aquel momento lo que pensé fue que nos podía dar un triunfo clave para ascender a Tercera".

Davo, que se formó en las categorías inferiores del Astur y jugó una temporada en el juvenil de División de Honor del Oviedo, no se imaginaba tanto jaleo: "Sabía que estaba grabado y supuse que lo verían mis amigos. Pero, de repente, lo ponen en Deportes Cuatro diciendo: 'No es Leo, Leo, Leo; es Davo, Davo, Davo'. Increíble". Hoy, para el primer entrenamiento de la semana, tiene un plan: "Voy a llegar pronto al vestuario porque si no sé que mis compañeros me van a armar alguna".