La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Regular la figura del "gancheru" y autorizar la comercialización del salmón

La solución para atajar el mercado negro de los salmónidos pasa por permitir su venta legal

Regular la figura del "gancheru" y autorizar la comercialización del salmón

Considero necesario establecer una regulación de la figura del acompañante, guía de pesca o "gancheru" (en el argot ribereño), para evitar que alguien se eche las manos a la cabeza por ver a pie de río a un conocido suyo, puede que hasta vecino, ayudar a un deportista foráneo en una jornada de pesca de salmón en alguno de los cotos de las cuencas asturianas. Habrá que legalizar esa plaza cumpliendo los requisitos que establezca la Administración y así evitar que se le tilde de defraudador por no dar cuentas de las prebendas que percibe por dedicarse a asistir a visitantes y turistas que se acercan a probar fortuna a estos lares.

De la misma manera que sugiero esa legalización, también aprovecho para reivindicar la comercialización del salmón en esta comunidad autónoma. Algunas voces se levantan alarmadas como si ellos mismos, quienes pescan, no ofrecieran truchas o reos, por ejemplo, a cualquier hijo de madre para consumo propio. No me vengan ahora con la cantinela de que nadie vende su excedente de pesca fluvial entre conocidos; no me vengan con la matraca de que nadie encargó una cena o almuerzo en algún sitio para degustar el salmón que adquirieron a pescadores amigos. Menos cinismo y más cordura.

Comercializar las especies piscícolas fluviales, desde hace lustros prohibida su venta, evitaría esa, digamos, picaresca de cambiar peces por otras cosas. Y con ello no trato de justificar nada. Pero, ya metidos de lleno en materia un tanto espinosa, ¿por qué se pueden comercializar las angulas en aguas continentales asturianas y, por el contrario, se prohíbe la venta de las anguilas? ¿Por qué, además, está regulada la figura del angulero y no se puede hacer lo mismo con el "gancheru" del salmón de toda la vida? ¿Cómo es posible matar los alevines de la anguila y tener vedada la pesca del tamaño adulto? ¿Nadie piensa en eso o no interesa

La temporada

No me cansaré de insistir en que los pescadores son los dueños de sus capturas y hacen con ellas lo que les venga en gana. Ahora bien, la manera de atajar ese tipo de polémicas sobre la supuesta comercialización de los salmones, con el consiguiente "mercado negro", pasa por autorizar su venta legal. ¿Que hay que darse de alta como trabajador por cuenta propia durante la campaña salmonera? Pues, habrá que hacerlo. Y lo mismo digo para quienes ejercen de "gancheros" o acompañantes. Vamos, lo mismo que acontece con el mundillo de los anguleros profesionales, que desarrollan su actividad durante un periodo de tiempo puntual y siempre dentro de la más estricta legalidad.

Dicho esto, y retomando el devenir de la temporada salmonera, me congratula conversar con pescadores foráneos (Madrid, Galicia, País Vasco, Navarra, etc) que tienen como destino la cuenca del Sella en estas fechas de mayo, ansiosos de echar a tierra algún salmón en los cotos que han escogido. Me encanta, del mismo modo, contemplar las caras de indudable satisfacción de quienes consiguen finalmente su objetivo y plasman el idílico momento con la pieza en sus respectivos móviles o cámaras fotográficas.

Esta pasada semana tuve la ocasión de charlar con uno de esos últimos, "Pepe el Sevillano", aficionado bético, que llegó en la tarde del jueves a Cangas de Onís, probó lance el viernes... y salmón al canto. No era para menos su sonrisa.

Compartir el artículo

stats