Gonzalo Álvarez Toledo (Madrid,1971) aún a su edad sigue siendo una referencia en las carreras de fondo en Asturias. El pupilo del conocido entrenador y maratoniano leonés Rodrigo Gavela vivió su mejor época sobre el asfalto asturiano a principios del siglo XXI vistiendo camisetas como la de los langreanos Iris Rojo, Ochobre o el leonés Graff 93 hasta defender a la actual del Piloña, club al que confiesa se unió por su amistad con un langreano y gijonés como Martín Álvarez Espinar.

Álvarez de Toledo cuenta entre sus logros atléticos la victoria en un puñado de ocasiones en la antigua media maratón de Gijón o en la reputada "Ruta de la Reconquista" y una serie de marcas de relevancia. Este gijonés de adopción llegó a correr en unos brillantes 2:21.47 la extinta maratón "Valle del Nalón" o en 2:29 en la dura maratón de Madrid de la época lleno de cuestas . "Ahora que cito estas marcas me parece imposible haberlas hecho", señala Álvarez de Toledo, de profesión arqueólogo, y que vino a Asturias a realizar una excavación en 1997. Aquí se estableció, cambió el ciclismo por el atletismo, se casó, fue guía en la villa romana de Veranes, y tuvo dos hijas que hoy tienen 13 y 10 años.

Y en el Principado vivió también la cara "B" de la vida: se divorció, conoció el desempleo... "Llevo en paro desde octubre del año pasado. Estoy cobrando la prestación", cuenta, y no sólo esto, sino que además le detectaron recientemente un cáncer testicular que felizmente parece ya superado. "Desde el verano del año pasado no me sentía bien corriendo, tenía muchos dolores en las piernas, pero pensaba que eran cosas propias de la edad", rememora Gonzalo. "Por eso me decidí hacerme unos análisis en otoño que salieron que a priori estaba todo bien. Lo cierto es que no me acababa de encontrar bien de salud y en diciembre del año pasado cuando orinaba noté una dureza y un testículo inflamado", añade.

Por ese motivo no resultó nada extraño que tratándose de un deportista y un amante del ciclismo le viniera a la cabeza el caso de Lance Armstrong. Gonzalo acudió al médico de su centro de salud. "Allí ya me derivaron al urólogo, que me hizo unos análisis con unos marcadores tumorales específicos y unas pruebas con escáner y ecografía que detectaron el tumor", cuenta. Había la duda si era benigno o no, pero se resolvió pronto y el 30 de enero le quitaron el testículo: "Enseguida me puse a hacer deporte y a correr y me encontraba fenomenal lo que me subió el ánimo".

Sin embargo, tuvo un segundo golpe anímico cuando le dijeron que había de ser sometido a un duro tratamiento de quimioterapia. "Tuve dos ciclos de cinco días seguidos durante dos semanas y que pueden llegar hasta cuatro en función a la agresividad del tumor. Unos ciclos que para un atleta casi se asocian a las famosas series interválicas que aúnan fuertes ritmos y periodos de recuperación", a lo que asiente: " Sí, casi parecen series con tanto fuerte y tanto de descanso", afirma. Pero si hay que buscar paralelismos entre disputar una maratón y el tratamiento contra el cáncer nada mejor que sus palabras: "El sufrimiento físico es mayor disputando una maratón, Con la quimio pierdes peso y masa muscular y las ganas de comer por la revoltura que te deja, no como en el deporte. Anímicamente te sientes en situaciones parecidas como cuando sufres en carrera y te preguntas si lo podrás superar. En ese sentido el haber competido y corrido creo que me sirvió para encarar mejor la enfermedad. De hecho, el tratamiento contra el cáncer me lo tomé como una maratón más", destaca.

¿Cómo está ahora Gonzalo? "Por fortuna el pronóstico de curación es de un 90% en casos como el mío porque no estaba extendido en otras partes del cuerpo" explica. El tratamiento de Álvarez Toledo tuvo lugar en el servicio oncológico de Cabueñes, del que el atleta asturiano resalta tanto la atención del personal médico y de enfermería con el paciente como el ambiente que se respira en la sala de tratamiento. "Allí ves a la gente con ganas de vivir en una situación límite". Y añade que sufrir un trance como el que ha vivido le hace a uno darse cuenta "de lo que de verdad te tienes que preocupar en la vida y del cariño y apoyo que recibes de la familia y los amigos. Te dan muchos ánimos para seguir adelante y para mí es lo más positivo de la experiencia".

Ahora reconoce que aún no tiene respuesta a la incógnita que sobrevuela en su mente sobre si podrá retomar en condiciones la práctica del atletismo como venía haciendo antes de la operación, pero reconoce que lo esencial ya lo ha conseguido, que era curarse. Una situación que ha llevado a querer relatar su otra maratón para la gente se conciencie de la importancia de hacerse exploraciones preventivas para detectar este tipo de tumores y darle una respuesta pronta y efectiva a estas duras situaciones que en su caso Álvarez Toledo ha superado haciendo su mejor carrera.