Olviden todo lo que saben de las carreras. Las 24 Horas de Le Mans, que arrancan hoy a las 15 horas (Eurosport y DMax) son distintas a todo lo demás. En una prueba tan larga, con tantas variables, cualquier curva puede ser la última. Pero, del mismo modo, también hay margen para recuperar la posición tras un percance. Para Fernando Alonso, el reto que afronta este fin de semana en el circuito de La Sarthe es mayúsculo. Éstas son algunas de las claves que tendrá que manejar para lograr el triunfo.

Tráfico. En las 24 Horas de Le Mans compiten, al mismo tiempo, coches de hasta cuatro categorías distintas. Alonso competirá en la LMP1, la superior, de la que habrá de salir el ganador absoluto de la prueba. Hay otras tres: LMP2, GTE Pro y GTE Am.

Toyota. Alonso cuenta con un gran coche para afrontar la prueba, probablemente el mejor de la parrilla. Tras la retirada de la LMP1 de Porsche, dominador en Le Mans los tres últimos años.

Repostajes. La auténtica fuerza del Toyota es un evolucionado motor híbrido que le permite alargar los repostajes y, al tiempo, hacerlos más cortos. Se estima que el Toyota repostará cada once vueltas mientras que sus rivales precisarán hacerlo cada diez.

Cansancio. Quizás el gran rival de los pilotos sea el cansancio acumulado y la falta de un sueño adecuado se nota en el tramo final de la prueba. La forma física de los pilotos será determinante en ese momento, como también su experiencia y la adecuada gestión, durante toda la prueba, de los intervalos de descanso.

Equipo. Alonso estará flanqueado en la prueba por dos pilotos muy diferentes. Sebastien Buemi, con experiencia en la Fórmula Uno y que ya sabe lo que es ganar el Mundial de Resistencia y Kazuki Nakajima, también con experiencia en la Fórmula Uno, es menos constante, aunque más rápido: la "pole" lograda por el equipo lleva su firma.