Gijón, J. M. CEINOS

Representantes de la firma gijonesa Champanera de Villaviciosa, que es propiedad de la familia Angones (también dueños del llagar gijonés El Fugitivo), se reunieron ayer en la localidad francesa de Épernay con un asesor jurídico del Comité Internacional del Vino de Champagne con el fin de desbloquear la situación planteada con dos contenedores con unas 40.000 botellas de sidra espumosa envasadas en Gijón y con destino a Miami (Estados Unidos), que fueron retenidos en el puerto de Amberes por las autoridades aduaneras belgas, en aplicación de un reglamento de la Unión Europea (UE) que impide la apropiación de la propiedad intelectual. En este caso, se acusa a Champanera de Villaviciosa de usar ilegalmente el nombre de los famosos vinos gaseados franceses.

Por su parte, la firma gijonesa sostiene que en ninguno de sus productos usa nombre alguno relacionado con los vinos de Champagne y que Champanera de Villaviciosa es una razón social. Asimismo, indica que la empresa se fundó en el año 1921, mientras que el consejo que regula los vinos de Champagne se creó en el año 1940 y su reglamento es de 1944.

La empresa sidrera gijonesa considera el asunto de enorme importancia, dado que entre el 30 y el 35 por ciento de su producción anual se destina a la exportación, por lo que trata de llegar a un acuerdo que le permita deshacer el entuerto. La producción total anual de Champanera de Villaviciosa, que tiene sus instalaciones en el barrio de Cefontes de la parroquia rural de Cabueñes, se sitúa en unos 14 millones de botellas de sidra espumosa.