Madrid, Efe

El continuo encarecimiento del crudo y el elevado precio de algunos alimentos han vuelto a incrementar la inflación armonizada, que en marzo subió dos décimas y alcanzó el 4,6 por ciento, la tasa más elevada desde 1997, cuando comenzó a elaborarse este indicador. Esta tasa sorprendió tanto al Gobierno como a los analistas y expertos macroeconómicos, y estos últimos la achacaron a los posibles efectos de segunda ronda que el alza de crudo podría estar teniendo en los precios de otros sectores de la economía española como la producción de bienes de consumo.

El 4,6 por ciento corresponde al indicador adelantado del índice de precios de consumo armonizado (IPCA), difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuyo dato definitivo se conocerá, al igual que el del IPC español -datos que pueden coincidir- el próximo día 11. En el caso de que este dato coincida con la tasa general de inflación española (IPC), se trataría de la cifra más alta desde julio de 1995, cuando el aumento de los precios alcanzó el 4,7 por ciento. En marzo la inflación también se aceleró dos décimas en la zona monetaria del euro, hasta el 3,5 por ciento, según el primer cálculo de la oficina estadística comunitaria (Eurostat), lo que supondría un nuevo máximo en la serie histórica que comenzó en 1997 y mantendría el diferencial de precios de España en 1,1 puntos.

El secretario de Estado de Economía, David Vegara, dijo que la inflación «ha empeorado por el aumento del precio del crudo», aunque confió en que «a partir de ahora, si el precio del petróleo lo permite», se produzca un descenso «paulatino». El gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, recordó que el objetivo del Banco Central Europeo con su política monetaria es «reconducir a medio plazo la inflación» para que su tasa en la zona euro vuelva a situarse «cerca del dos por ciento», que es el objetivo que marca el BCE para esta área.

Para el portavoz adjunto del PP en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, el dato es «muy malo» para las familias y para la economía española, y aseveró que suben los precios de los productos básicos y de las hipotecas, «a pesar de que Zapatero dijo que no iban a subir». Añadió que con ello España pierde competitividad.

Todos los expertos y centros de estudios macroeconómicos consultados ayer por la agencia «Efe» (AFI, Fortis, Funcas, IEE, Caixa Catalunya, etcétera) auguraron una moderación de los precios a partir de la segunda parte del año. Todos ellos pronosticaron que la inflación se situará a finales del ejercicio en España por debajo del 3,5 por ciento, y más bien cerca del 3 por ciento, 1,6 puntos, por consiguiente por debajo del nivel que se conoció ayer con el indicador adelantado.