La sala de reuniones de Constructora Principado, de la que es administrador Apolinar Cuesta, arquitecto técnico nacido en Oviedo hace un número de años que se resiste a divulgar, está flanqueada por estantes llenos de libros sobre edificación y economía. Incluidos dos tomos de un «Manual del arte de vender». Los promotores asturianos, como los españoles, han tenido que volver a bucear en esos manuales con el final de una década de «boom» inmobiliario, de vender sobre plano y de listas de espera de compradores. Mientras las fuentes estadísticas, los economistas y los carteles de las obras indican que el ladrillo está en crisis dentro y fuera de Asturias, Apolinar Cuesta, presidente desde hace 21 años del gremio de promotores en la Confederación Asturiana de la Construcción (CAC) y uno de los vicepresidentes (desde 2003) de la patronal nacional APCE, presentó esta semana un estudio de la Universidad de Oviedo sobre el que la organización que lidera cimienta la tesis de que aquí no hay frenazo inmobiliario, sino un mero ajuste, y de que la demanda seguirá siendo vigorosa durante los próximos tres años.

-Sostienen que no hay frenazo inmobiliario en Asturias cuando los datos dicen lo contrario. El mismo día que hicieron ese diagnóstico el FMI intensificaba la alerta por la crisis del ladrillo español.

-Los análisis del FMI (Fondo Monetario Internacional) nos quedan muy lejanos en Asturias. Este tipo de organismos tienen un punto de mira altísimo. Y además todo el mundo habla del sector inmobiliario. Este día decía en su periódico el director de una agencia de Bolsa que los pisos iban a bajar. A mí no se me ocurre meterme en un tema de Bolsa. No quiero ser pedante, pero los únicos que podemos hablar del sector pegados al terreno somos los profesionales. Tampoco quiero caer en frivolidades y decir que aquí no pasa nada, pero una cosa son ajustes o desaceleraciones y otras, crisis y recesiones. Lo que mantenemos es que hay un ajuste. En edificación hemos vuelto a la normalidad después de lo ocurrido en 2006, cuando las obras iniciadas se dispararon atípicamente por la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación.

-Pero las estadísticas oficiales cifran en un 30% la caída de las ventas y de la demanda de hipotecas en el inicio de año.

-No hay estadísticas fiables. Hasta las que encarga el Ministerio de Vivienda se contradicen. Tampoco son fiables los titulares que dicen que los precios están bajando un 30%.

-Quien lo ha dicho es el G-14 (organización que reúne a las grandes inmobiliarias españolas).

-El G-14 no dice eso ni por el forro, porque nadie gana un 30%. ¿Van a perder dinero? Cuando hablan de descuentos, no sé si antes subieron los precios o si dicen treinta y luego en realidad es tres. Seamos serios, el precio de la vivienda nueva no va a bajar. No lo va a hacer porque ésta es una actividad que tiene unos costes. La experiencia nos dice que los promotores hemos respondido a situaciones de ajustes y que lo hemos hecho de la única forma que sabemos: reduciendo actividad y conteniendo los precios.

-¿Lo están haciendo en Asturias?

-La tendencia es a congelarlos. Ya está pasando en Asturias. Mi empresa está vendiendo con los mismos precios del año pasado. Ahora bien, insisto, ¿cómo se hacen las comparaciones? ¿Promueves un edificio en la Ronda Sur de Oviedo y con qué lo comparas? Las viviendas no son iguales unas a otras y todas las comparaciones en el sector inmobiliario que no tengan un estudio serio detrás son brindis al sol. Diría más: ni las estadísticas de la Sociedad de Tasación, ni las del Ministerio ni otras me valen, porque no hay un trabajo detrás como Dios manda.

-¿Acaso la crisis que niega es mero ruido de los medios y de los economistas?

-Con todo el respeto para los sesudos analistas, tengo que decir que no hablan con el mercado, con los promotores. Sus estudios son teóricos. Y además echamos en falta una cosa: nadie habla de soluciones. Tan magníficos profesionales de aquí o de allá deberían hacer alguna aportación. Pero nadie habla de medidas. Todo es la ceremonia de «que viene el lobo, que viene el lobo» y ahora, que ha venido, se dedican a decir «que mal estamos, que mal estamos». Como en la política.

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«Seamos serios, la promoción inmobiliaria tiene unos costes. Y una cosa son ajustes y desaceleraciones y otra, las crisis y recesiones. Lo que mantenemos es que hay un ajuste»

«Los análisis del FMI nos quedan muy lejanos en Asturias. Los únicos que podemos hablar del sector pegados al terreno somos los profesionales de esta actividad»

«En edificación hemos vuelto a la normalidad después de lo ocurrido en 2006, cuando las obras iniciadas se dispararon atípicamente por la entrada en vigor del Código Técnico»