Oviedo

Aunque no lo parezca, las fístulas perianales complejas han tenido mucho que ver con el nuevo rumbo que José Luis Rodríguez Zapatero quiere dar a la economía española, en busca de una alternativa al declive de la construcción. Y no porque el hombre de la ceja padezca en silencio una de estas fístulas, una dolencia molesta como pocas.

El acertijo se resuelve contando que la flamante ministra de Ciencia y Tecnología, Cristina Garmendia -una donostiarra de 45 años, casada y madre de dos hijos-, era hasta su nombramiento en el Gobierno de la nación la presidenta de Genetrix, la empresa biotecnológica de referencia en el sector español y modelo a seguir a la hora de transferir a la empresa los conocimientos adquiridos en la investigación científica. Esta compañía tiene, entre sus productos, tipos de medicamentos desarrollados con células madres adultas procedentes del tejido adiposo que, entre otras cualidades, sirven para el tratamiento de las fístulas perianales complejas -como las que sufren los pacientes de Crohn- y que han demostrado capacidad curativa en más de un 70 por ciento de los casos. Estos medicamentos, desarrollados a través de Cellerix (una de las compañías integradas en el grupo Genetrix), también están demostrando su utilidad en el tratamiento de llamado síndrome de los «niños mariposa», denominados así por la fragilidad de su piel, que se rompe igual que las alas de las mariposas se deshacen al tocarlas.

Genetrix era, antes del nombramiento, el modelo a seguir para conjugar gestión empresarial e investigación. Por ello, muchos aplauden la decisión del presidente del Gobierno de colocar a la creadora de ese paradigma científico-empresarial al frente del nuevo Ministerio. La compañía, creada por esta doctora en Biología Molecular, máster MBA por el IESE y miembro de la junta directiva de CEOE, nació en el año 2000 como una compañía surgida del seno del Centro Nacional de Biotecnología. La mudanza desde Genetrix a la Administración también incumbe a otro científico, pues Garmendia se ha llevado como secretario de Estado de Innovación a Carlos Martínez, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y uno de los fundadores de la firma.

La compañía que dirigía hasta fechas recientes la ministra Garmendia ya está dando sus frutos. Ya trasvasa materia gris al mercado. El pasado año firmó un acuerdo por valor de 40 millones de dólares con una farmacéutica canadiense para comercializar en 2010 el Ontaril (el tratamiento para las fístulas perianales) y quedarse entre el 10 y el 18 por ciento de los royalties de las ventas. Es uno de los grandes logros empresariales de una firma que, no obstante, aún se encuentra muy lejos de obtener beneficios y, por ahora, depende de las subvenciones. En este sector los ciclos de negocio son muy largos.