Oviedo

La Unión Independiente de Transportistas Autónomos (UITA) decidió en la asamblea celebrada el sábado que no convocará paros como respuesta al impacto que está teniendo sobre su actividad el alza del precio de los carburantes. Sin embargo, decidió que iniciará negociaciones con el Gobierno regional y los cargadores para trasladar a los precios de su servicio parte de los costes que les está suponiendo este encarecimiento.

José Fernández, presidente de UITA, transmitió al término de la reunión la decisión colectiva tomada de posponer cualquier paro y, a cambio, solicitar una reunión urgente al objeto de encontrar una salida al «desfase de costes» que este colectivo de transportistas está sufriendo en los últimos meses, en los que el precio del petróleo sigue disparado, lo que se traduce en un continuo encarecimiento del gasóleo. Su objetivo es trasladar el incremento a las tarifas que cobran en la actualidad y los responsables de UITA indicaron que la subida media rondará el 14 por ciento. Los transportistas aseguran que la situación es insostenible; por ello no descartan que si no sale adelante esta ronda negociadora que pretenden abrir en próximos días, el conflicto acabe tomando otros derroteros y termine en paros. De momento, la asamblea del sábado decidió dar un voto de confianza a la negociación y aplazar cualquier protesta.

La subida de las tarifas fue el punto fundamental de todos los abordados por los asociados a UITA. No obstante, hubo otros asuntos que se trataron en la asamblea. Uno de ellos fue la firme decisión de iniciar los controles sobre aquellas compañías que estén operando por debajo de los costes. En este sentido, José Fernández pidió a la administración de la Competencia que tome cartas en el asunto para velar por sus intereses.

La asamblea de transportistas autónomos celebrada el sábado también acordó solicitar al Ministerio de Fomento, competente en la cuestión, que en el documento de control de transporte aparezca reflejado el precio que el transportista cobra por el combustible y que esta consignación sea obligatoria. De esta manera, los transportistas quieren dejar constancia del impacto que el encarecimiento del gasóleo está causando en sus respectivas actividades.