La economía asturiana no consigue abstraerse de la tónica general de desaceleración y comienza ya a presionar el freno. La construcción, la industria y los servicios van perdiendo fuerza de forma gradual y el consumo se retrae. Así lo certifica la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI) en su último boletín de coyuntura regional, que refleja también, por el lado positivo, que la región siga generando empleo a pesar del comentado panorama. Las señales más evidentes de que la desaceleración económica está contagiando al Principado es que el consumo de las familias y la inversión inmobiliaria «manifiestan una evidente pérdida de impulso».

El mercado laboral de la región mantiene un comportamiento favorable, que sigue siendo superior al conjunto del país, aunque su ritmo de mejoría va frenándose de forma progresiva. De esta manera resume el observatorio económico la situación laboral en el Principado. Y añade: «Todos los sectores, excepto el agrario, continúan generando empleo». Las afiliaciones a la Seguridad Social se incrementaron un 2,5 por ciento en marzo en la comparativa interanual. A lo largo del citado mes hubo 404.764 asturianos de media afiliados. Mientras que el paro va en descenso: se redujo en un 2,4%.

En cuanto a la industria, SADEI afirma en su informe que este sector presentó un balance negativo durante el mes de marzo. Las causas que diagnostica el organismo son que la rama eléctrica experimentó una fuerte caída de la producción de la componente de origen térmico, debido a la aparición de averías de cierta importancia en algunas plantas productivas. Aunque en este balance también pesa la pérdida de competitividad del sector energético.

La desaceleración del mercado inmobiliario está arrastrando también a las empresas relacionadas con este sector, como las compañías de componentes estructurales o la industria del mueble, que están viendo reducida su cartera de pedidos.

La carga de actividad de la construcción continúa siendo importante, según el organismo de estudios, aunque se ve ya una pérdida de fuerza de forma gradual. De hecho, la obra pública se desacelera debido al impulso que recibieron muchas de estas actuaciones para que estuvieran listas antes de las elecciones generales del pasado mes de marzo, según el informe. Las ventas de cementos producidos en Asturias, termómetro por el que se mide el vigor del negocio de la construcción, disminuyeron un 25,6 por ciento en la comparativa interanual.

El subsector residencial se enfría en la región, al igual que ocurre en el resto del país. SADEI recoge en su informe que durante los dos primeros meses de este año el número de hipotecas se redujo un 32,5 por ciento y el importe de éstas lo hizo un 29,3 por ciento. A pesar de este escenario, el organismo apunta que la ralentización de la actividad constructora en la región debe ser menor que en el ámbito nacional, debido a la relevancia de la obra pública frente a la edificación de viviendas, y porque el «boom» urbanístico de los últimos años en Asturias no alcanzó el nivel de otras regiones españolas.

En la cara positiva del análisis está la siderurgia. SADEI basa el buen resultado de este subsector a la recuperación en los niveles productivos de carbones en lo que va de año y, sobre todo, al empuje que están presentando muchas de las empresas transformadoras de metal.

«La progresiva ralentización de la economía regional se aprecia sobre todo en la clara pérdida de impulso del gasto en consumo de las familias y en la inversión inmobiliaria», asegura el estudio de los expertos que dirige Ramiro Lomba. Aunque en menor medida, se notan ya señales de fatiga también en la inversión empresarial ajena al ladrillo. La matriculación de turismos, indicador que se utiliza para tomar el pulso al consumo de los hogares, bajó un 24,6 por ciento en comparación con marzo de 2007.