Madrid

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no tomará medidas para evitar el ajuste del sector de la construcción. Más bien al contrario. El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, se mostró ayer reacio a que el Ejecutivo central adopte medidas «artificiales» para ayudar al sector de la construcción, sobre todo el inmobiliario, e impedir así el «necesario» ajuste de esta actividad.

Solbes compareció ayer en la Comisión de Economía del Congreso para explicar las líneas generales de su departamento en esta legislatura, incluidas las medidas incluidas en el plan de estímulo económico para afrontar la desaceleración. En su comparecencia señaló que los «excesos de los últimos años» en el sector de la construcción tienen que corregirse para que vuelva a crecer con «normalidad», aunque reconoció que el citado ajuste está siendo más «rápido de lo esperado». También admitió Solbes que el deterioro en la construcción tendrá un «efecto arrastre» sobre otros sectores, lo que «inevitablemente» mermará el crecimiento, aunque esto será «transitorio» y la economía empezará a recuperarse el próximo año para volver a aumentos del PIB en torno al 3 por ciento en 2010.

Solbes advirtió de que las medidas discrecionales de gasto que el Gobierno ha tomado o tomará ante la actual coyuntura deberán ser reversibles en el futuro, y como ejemplo habló del esfuerzo mayor que se deberá hacer ahora para pagar las prestaciones por desempleo, que espera decaigan cuando la economía se recupere.

Solbes también recordó que el único superávit que el Gobierno utilizará será el del Estado, y no el de la Seguridad Social, por lo que «no hay tanto margen de maniobra como el que algunos se plantean».

En su análisis de la coyuntura económica, Solbes reconoció que las turbulencias financieras internacionales han tenido una magnitud y duración «difíciles de prever» hace unos meses, y aunque el sistema financiero español ha demostrado una «gran solidez», esto «no confiere inmunidad» al país ante lo que sucede en el resto del mundo. Por eso advirtió de que hay que adaptarse a la nueva situación financiera, caracterizada por un «dinero más caro y menos abundante», que hace necesario que los proyectos de inversión que se acometan sean «mejores y más eficientes».

Admitió que los problemas de liquidez internacional afectan a España «significativamente» debido a la necesidad que tiene la economía española de recurrir a la financiación exterior. Para paliar este problema, apuntó, entre las medidas del plan de estímulo económico está la de facilitar el crédito a las empresas, sobre todo a las pyme, con el aval del ICO. Tras enumerar las medidas a corto plazo, Solbes recordó otros de los objetivos de esta legislatura, como el de trasponer la directiva europea de Servicios.

Además, advirtió de que el Gobierno llevará a cabo una reordenación de las competencias en materia de supervisión e inspección sobre el sistema financiero. Dicha reforma supondrá separar la supervisión de la solvencia, de la que se encargaría el Banco de España, de la de los comportamientos y prácticas en los mercados, atribuida a la CNMV.

En la Comisión, el portavoz de economía del PP, Cristóbal Montoro, consideró que frente a los «parches» del plan de estímulo lo que la economía española necesita «son nuevas ruedas y menos maniobras de distracción política», y reclamó a Solbes que explicase a los ciudadanos la «verdadera» realidad económica. Montoro volvió a reclamar un aumento en la deducción de la compra de vivienda. Los portavoces del resto de grupos reclamaron al Ministro que admita que la situación de la economía española es de crisis y que lleve a cabo reformas.