Oviedo, Javier CUARTAS

Duro Felguera pretende entrar en el negocio de la producción de energía eólica en Asturias, como una de sus estrategias de diversificación, según desveló ayer ante los accionistas el presidente de la compañía, Juan Carlos Torres Inclán. Al tiempo que como productor de energía, la compañía aspira a tener «una presencia importante» en la construcción de las nuevas plantas energéticas que están previstas en Asturias (centrales de gas, regasificadora, planta de aprovechamiento de residuos sólidos, etcétera). «Haremos todo cuanto esté en nuestra mano para conseguirlo», sostuvo Torres.

La compañía juzga «difícil» mantener con su negocio típico incrementos interanuales de la facturación a tasas del 50%, como ocurrió en 2007, y más en un contexto de ralentización económica. Por ello, Duro adoptará una estrategia de «prudencia» -«tratando de consolidar» el tamaño alcanzado y «maximizando» los proyectos- y, a la vez, intentando el crecimiento «no sólo por la vía orgánica» (desarrollo del negocio propio), sino también a través de inversiones en otras actividades y compra de empresas, «a la espera de que se disipen las incertidumbres que pesan sobre el sector».

Este plan, que viene madurando la compañía desde hace más de un año -en septiembre ya formalizó la compra de la ingeniería MEI , de La Felguera-, sigue en pie y Duro «está estudiando inversiones en actividades afines» a su mercado que le aporten «ingresos y beneficios recurrentes que mitiguen la dependencia del ciclo económico».

La entrada en el negocio de la producción energética de origen eólico es una de las apuestas, así como el propósito de adquirir una segunda ingeniería. La planta de biodiésel de El Musel seguirá aparcada, pero se construirán depósitos de combustibles. Duro mantendrá a su vez su actual opción estratégica como «compañía de gestión de proyectos y servicios de ámbito global».

Frente a la ralentización económica, Duro planteará el fortalecimiento de su implantación en el exterior -ejecuta proyectos en 13 países y acaba de abrir una oficina comercial en Orlando (Florida) para mejorar su posición en el mercado latinoamericano-, el fortalecimiento de su área de proyectos y servicios, la mejora formativa de su plantilla y la «modernización de sus principales unidades de fabricación». Por vez primera en más de una década Duro logró que todos sus talleres dieran beneficios en 2007. El de Barros (Langreo) era hasta ahora el único en pérdidas. Con ello todas las filiales están en rentabilidad. El Tallerón de Gijón mejoró su resultado un 72%.

La compañía aprobó el reparto de un dividendo complementario bruto de 8 céntimos, con lo que, sumado a los dos dividendos a cuenta, sitúa su remuneración en 30 céntimos por título. Con ello Duro destina a sus accionistas el 72% de su beneficio. La compañía aumentó el beneficio bruto en el 50%, hasta los 60,1 millones, y el neto en el 25%, hasta 42,5. La cotización, menos castigada que la de compañías análogas, según Torres, se recobrará, dijo, «cuando se calmen las aguas del mercado y se aprecie nuestra solidez: alta cartera de pedidos, presencia en mercados menos expuestos a la crisis y alta liquidez», con una tesorería neta de 273 millones. La ampliación de capital liberado que se había anunciado hace un año ha sido suspendida de momento.