Gijón, E. LAGAR

Marta Aguilera, gerente de la inmobiliaria gijonesa Vegasol, acaba de convertirse a sus 33 años en la primer mujer en sentarse en el consejo de administración de Duro Felguera. Aún sorprendida por el eco mediático que ha tenido su entrada en el órgano de dirección de una de las compañías con más pedigrí del panorama económico asturiano, la hija de José Antonio Aguilera Izquierdo desgrana en esta entrevista sus expectativas en Duro y, sobre todo, la visión que tiene del «bache» por el que está pasando el sector de la construcción en España.

-Primera mujer en el consejo de Duro Felguera, algo casi histórico. ¿Cómo se siente?

-La acogida ha sido buena por parte de todos. Me han hecho sentir a gusto. Las mujeres de Duro Felguera han ido a felicitarme. Espero no defraudar. Se están abriendo las puertas a las mujeres, las cosas están cambiando.

-¿Qué expectativas tiene sobre Duro Felguera?

-Duro ha tenido un crecimiento importante en los últimos años. Mantenerse así, en estos niveles de contratación, ya es muy positivo. Ha dado un salto enorme al pasar de 350 millones a más de 800 millones. La empresa está capacitada para seguir creciendo, pero ahora va a crecer poco a poco. Es una compañía que tiene mucho nombre, muy bien posicionada tanto en el mercado nacional como en países extranjeros. Duro es una marca.

-¿Respalda el cupo femenino en los consejos de las empresas?

-Las mujeres pueden entrar por capacidad a los puestos de representación y, de hecho, hay muchas mujeres preparadas que ocupan puestos de relevancia en el mundo empresarial, aunque sí hay más dificultadas para la incorporación de la mujer en este tipo de puestos. Ahora está muy de moda el tema de la paridad, pero creo que a las personas hay que valorarlas por su capacidad. No estoy de acuerdo con tener que llegar a un número equilibrado de mujeres si hay hombres con más experiencia o capacidad (o viceversa).

-¿Qué relación mantienen con Gonzalo Álvarez Arrojo el otro accionista de referencia en Duro Felguera?

-Muy positiva. Han apoyado favorablemente mi incorporación al consejo de Duro. Yo, personalmente, mantengo más contacto con Ángel del Valle (consejero delegado), con el que tengo una relación muy cordial y fluida.

-Ustedes tienen una participación accionarial que, traducida a millones, es un dineral. ¿Tanto dan los pisos de Vegasol?

-La inversión en Duro se hizo en un buen momento y la revalorización de las acciones en estos últimos años nos ha beneficiado.

-¿Aspiran a incrementar su participación en Duro?

-Confiamos en Duro y nuestra apuesta es fuerte. Nuestro posicionamiento actual ha ido incrementándose en función de los años, a medida que íbamos creciendo en Vegasol. Hoy por hoy estamos cómodos con esta participación.

-Ya que habla de Vegasol, ¿cómo ve el sector inmobiliario?

-En Vegasol puede que estemos sufriendo menos que otras empresas gracias a la diversificación de nuestras promociones por toda Asturias. No tenemos un mercado dirigido a la segunda residencia, que es la que más está sufriendo hoy por hoy. Seguimos teniendo ventas, no como se vendía en años anteriores, lógicamente, pero vendemos.

-¿Cuántas viviendas van a levantar este año?

-En torno a 180. El grueso lo comenzaremos el año que viene.

-¿Todo vivienda libre?

-Sí.

-¿Y protegida?

-Estamos también interesados. De hecho, tratamos de localizar suelo para ello. Incluso estamos barajando la posibilidad de destinar alguna parte de nuestros suelos para este tipo de viviendas.

-Se lo pregunto porque los promotores, al ver que el mercado de vivienda libre ha tocado techo, negocian con el Principado un incremento del 15 por ciento en el precio del módulo.

-Es normal. El suelo es caro y el coste de la construcción sigue subiendo. No es el primer año que se negocian aumentos del módulo de vivienda protegida. De todas formas, el mercado de la vivienda libre no está agotado.

-Usted habla de «bache» en la construcción. ¿Y cuánto va a durar ese «bache»?

-Todo el mundo está haciendo cálculos. Nadie sabe lo que va a durar. Finales de 2009, no lo sé. Creo que el parón que hay ahora tampoco es real. La demanda existe. La gente necesita seguir comprando vivienda. Pero este parón lo lastran las restricciones financieras. Hay demanda latente, otra cosa es la financiación.

-También puede haber compradores que estén esperando a que bajen los precios.

-Que esperen. Es imposible que bajen. Yo no puedo bajar el precio de la vivienda porque a mí me siguen subiendo los sueldos y las materias primas todos los años, y están sacando nuevos códigos técnicos que encarecen la construcción. Para mí es imposible bajar el precio de la vivienda nueva. Sí es posible que baje la vivienda usada. Ésa sí. Se habían montado en el carro de la vivienda nueva y subieron los precios.

-Frente a este aire de pesimismo que sopla sobre la situación económica no la veo nada pesimista.

-Hay que ser optimista en la vida. Las crisis siempre pasan.

-¿Pero esto es crisis o desaceleración?

-Desaceleración. Decir crisis parece políticamente incorrecto.

-Falta restaurar la confianza de los distintos agentes económicos. Los que saben dicen que, sobre todo, estamos ante una crisis de confianza.

-Totalmente. Yo comparo esta situación con la crisis alimentaria de las «vacas locas». Todo el día sale en los medios, machacas sobre un tema y creas una desconfianza. Ocurrió con las «vacas locas»: en seis meses nadie comió carne, aunque luego comimos toda la que había estado congelada durante ese tiempo. Hasta que surgió otro tema que desbancó a las «vacas locas».

-¿Considera que las valoraciones políticas de la crisis empiezan a ser especialmente negativas ahora que ya han pasado las elecciones?

-Quizá se estén curando en salud. Sí que están siendo muy pesimistas. No sé por qué. No sé si es que nos quieren meter miedo a todos. Pero, al final, considero que eso va en contra de sus propios intereses. Crean aún más desconfianza. No hay que decir que estamos fantásticamente bien. Reconocemos que estamos en un momento que no es el más idóneo, pero no hace falta llegar a los extremos.

-Ahora que el ladrillo ya no tira tanto, ¿en Vegasol se han planteado diversificar?

--Ya estamos diversificando con la reforma del restaurante Las Delicias de Gijón. Vivienda sabemos hacerlas, no vamos a dejar de construir. Quizá podamos dedicarnos a viviendas con algún tipo de protección que es una buena salida hoy por hoy. Tenemos que seguir haciendo lo que sabemos. Quizá salir al exterior.

-¿Dónde?

-En el Este. Son los países emergentes. Tenemos la sociedad creada en Hungría y hemos estudiado cosas en serio, pero tiene que llegar ese proyecto que nos convenza.