Oviedo, J. C.

El grupo Leche Pascual, de Aranda (Burgos), no desestima la posibilidad de un acercamiento en el futuro con la compañía láctea asturiana Capsa, pero a condición de que el grupo asturiano resuelva primero la situación jurídica y societaria de su mayor accionista, la sociedad agraria de transformación Central Lechera Asturiana (Clas).

Según fuentes cercanas a Pascual citadas ayer por «El Correo de Burgos», la familia Pascual podría considerar la posibilidad de llegar a alianzas con la asturiana Capsa, pero sólo después de que se haya aclarado la situación societaria y el debate interno en Central Lechera Asturiana.

Pedro Astals, director general de Clas y consejero delegado de Capsa, comentó el 6 de mayo a «El Economista» que, una vez traspasado el patrimonio de la actual Clas a una sociedad limitada, Capsa podría estar en condiciones de abrir contactos en el sector para analizar posibles alianzas y que, en tal supuesto, Pascual y Puleva, las dos sociedades con las que Capsa ya tuvo conversaciones en el pasado, podrían ser las candidatas idóneas. Capsa sostuvo entonces que tales opiniones no fueron más que una reflexión en voz alta sobre cuál puede ser el futuro de un sector demasiado atomizado frente a las grandes superficies comerciales y que, a semejanza de otros países del entorno, estaría abocado a un proceso de concentración en el que sólo podrán sobrevivir dos grandes grupos lácteos nacionales. El responsable de Bongrain en España, Nicolás López, a su vez consejero de Capsa, se ha expresado en similares términos en sus dos últimas declaraciones públicas y también manifestó su favorable opinión sobre Pascual y Puleva.

Fuentes cercanas a Pascual revelaron al diario burgalés que, tras la publicación de las alusiones de Astals a Pascual, el consejero delegado de Capsa mantuvo una conversación explicativa con el presidente del grupo lácteo arandino, Tomás Pascual Gómez-Cuétara. Según esta versión, Tomás Pascual habría fijado su posición en estos términos: «Primero arregla lo tuyo y luego hablamos».

Según Tomás Pascual Gómez-Cuétara, un entendimiento ahora con Capsa ya no podría sustentarse sobre el documento que ambas estuvieron dispuestas a firmar en 2000 porque «todo ha cambiado ahora».