Madrid

La desaceleración económica, que afecta principalmente al sector inmobiliario, y el elevado precio del crudo se han «comido» el superávit de las cuentas del Estados y harán que, por primera vez en tres años, las cuentas del Estado terminen 2008 en equilibrio, según reconoció ayer el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña.

Ocaña auguró que las cuentas estatales terminarán el año «en equilibrio», mientras que la Seguridad Social, «con enorme probabilidad», acabará 2008 con superávit, al igual que el conjunto de los dos. Ocaña señaló que a este equilibrio en las cuentas estatales se llegará una vez introducida la modificación del IRPF con la deducción de los 400 euros, que supondrá una merma de ingresos «de más de 5.000 millones de euros». El superávit del Estado en los primeros cuatro meses del año cayó el 55,9 por ciento, hasta los 8.907 millones de euros, frente a los 20.175 millones de un año antes. Por su parte, las cuentas de la Seguridad Social tuvieron un saldo positivo de 10.876,61 millones de euros en los cuatro primeros meses del año, el 19,7 por ciento más que en el mismo período de 2007.

Ocaña atribuyó la caída del superávit estatal, que equivale al 0,8% del producto interior bruto (PIB), a la desaceleración que atraviesa la economía y que está afectando de manera más pronunciada al sector inmobiliario, así como al alto precio del crudo, «que está incrementando los costes empresariales y, por tanto, reduciendo sus beneficios».

El superávit en contabilidad nacional fue resultado de unos ingresos de 56.125 millones de euros, el 9,9 por ciento menos que en el primer cuatrimestre de 2007, frente a unos pagos que, aunque inferiores -47.218 millones-, aumentaron el 12,1 por ciento.

En términos de caja -con los pagos efectuados y no sólo comprometidos-, el superávit fue de 8.376 millones de euros, el 49,3 por ciento menos que un año antes, cuando sumó 16.505 millones. Los ingresos, tanto del Estado como de las comunidades autónomas y ayuntamientos, alcanzaron los 74.262 millones de euros, el 5,2 por ciento menos que entre enero y abril de 2007. Los impuestos directos aportaron 34.659 millones, el 5,9 por ciento menos. De éstos, destaca la «fortaleza» que mantuvo el IRPF, que creció el 9,2 por ciento por los ingresos de las retenciones del trabajo y del capital. Por el contrario, los ingresos por el impuesto de sociedades se redujeron el 59,5 por ciento.