Madrid / Bruselas, Agencias

La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, descartó tajantemente rebajar el precio del despido o de las cotizaciones sociales y sostuvo, en una advertencia a la patronal CEOE, que se trata de «líneas rojas» que no se pueden rebasar.

El nuevo rechazo del Gobierno a las pretensiones de la patronal, y que motivaron la ruptura del diálogo social el jueves, se produjo el mismo día, ayer, en que se canceló la reunión prevista con representantes del Gobierno y de los agentes sociales. Salgado se mostró convencida, pese a estas dificultades, de que los interlocutores sociales llegarán a un acuerdo para avanzar en el diálogo social, aunque reconoció que «hace falta trabajarlo».

El Ejecutivo, la CEOE, CC OO y UGT se reunirán esta semana, previsiblemente pasado mañana, jueves, para tratar de superar el difícil momento en el que se encuentra el diálogo social por las discrepancias entre el empresariado y los sindicatos. Fuentes cercanas a la negociación dijeron que el Gobierno mantendrá contactos bilaterales con empresarios y sindicatos para «intentar reconducir» el diálogo social.

El secretario general de la CEOE, José María Lacasa, replicó al Gobierno que en la actual fase de negociación del diálogo social, que está aparentemente bloqueado, «hay que evitar hablar de líneas rojas o programas de máximos», y le pidió que «escuche y entienda» sus argumentos. Lacasa no comentó si la patronal estaría dispuesta a retirar las propuesta de reducción de las cuotas a la Seguridad Social, y se limitó a decir que los empresarios «están dispuestos a argumentarla». «En una negociación todo el mundo debe estar dispuesto a escuchar y entender los argumentos de los otros», añadió. «Tenemos que hablar e intentar entender los argumentos de la otra parte y no rebatirlos pura y simplemente a través de frases, por muy contundentes que sean, sobre líneas rojas o programas de máximos», insistió. «Hemos sido, de todas las partes del diálogo social, la única que ha puesto sobre la mesa desde octubre una propuesta sobre reformas estructurales, y también sobre una reforma laboral», aseguró. «Estamos en la mejor disposición para alcanzar un acuerdo, pero siempre que permita incrementar la competitividad de las empresas y posibiliten crear empleo», añadió.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, aseguró que la CEOE está haciendo unos planteamientos que están haciendo «más difícil» el acuerdo. Corbacho recordó a los empresarios que con la petición de un nuevo contrato único con una indemnización menor a la actual para abaratar el despido «no hay posibilidad de acuerdo». Y también admitió que es «muy complicado» rebajar en cinco puntos las cotizaciones sociales que pagan las empresas, dado que tendrían un coste de 18.000 millones de euros y llevarían al déficit a la Seguridad Social.

El secretario de Comunicación de CC OO, Fernando Lezcano, insistió en que la CEOE está poniendo sobre la mesa del diálogo social medidas que no son materia de negociación. Y el secretario general de UGT, Cándido Méndez, criticó a la patronal por volver a plantear su propuesta de «máximos» en la negociación del diálogo social, y señaló que querer retomar un tipo de despido «del siglo XIX no es de recibo». Méndez demandó a la CEOE que «recupere el espíritu del 20 de mayo».

El Instituto de Estudios Económicos (IEE) propuso ayer rebajar la indemnización por despido a 33 días por año trabajado. Propone así un término medio entre la petición de la CEOE, que reclama abaratar el despido a 21 días para flexibilizar el mercado de trabajo y reducir los costes laborales, y la de los sindicatos, que quieren mantener la compensación actual de 45 días.