Oviedo, J. CUARTAS

El proyecto del Presupuesto general del Estado para 2010 que el Gobierno aprobó ayer y que desde mañana comenzará a negociar con los grupos parlamentarios incluye la subida de tres impuestos (IRPF, mediante la supresión de la deducción de los 400 euros; tributo sobre los rendimientos del capital y dos de los tres tipos del IVA) y la rebaja del impuesto de sociedades para pequeñas y medianas empresas que mantengan o creen empleo. El Ejecutivo renunció a introducir otras figuras recaudatorias (caso del anunciado impuesto verde o ecológico) y ha optado por mantener inalterado el tratamiento fiscal de las controvertidas sociedades de inversión colectiva de capital variable (Sicav).

El aumento previsto de la recaudación fiscal como consecuencia tanto de esta reforma tributaria como de la esperada mejora de la economía a partir de 2010 se evalúa en 10.950 millones de euros, lo que supondrá un aumento de la presión fiscal equivalente al 1% del PIB español. Con ello, según el Gobierno, la presión fiscal se mantendrá aún por debajo de la del resto de las grandes economías de la UE (salvo Reino Unido) y seguirá siendo también inferior a la existente antes de 2004.

Para el primer año de vigencia (2010) el aumento recaudatorio será menor (sólo 6.5000 millones) dado que la subida del IVA no entrará en vigor hasta el 1 de julio. El Gobierno explicó que se esperará a aplicar el alza de la fiscalidad sobre el consumo hasta que finalice el primer semestre porque para entonces espera que haya empezado a producirse la recuperación económica. Además, el Ejecutivo, si bien prevé un mejor comportamiento de la economía en 2010, eso no repercutirá en la mayor recaudación fiscal del impuesto sobre sociedades hasta 2011.

Elena Salgado, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, aseguró ayer que «el esfuerzo fiscal que pide el Gobierno es muy moderado y tiene una finalidad concreta: «Mantener el gasto social y de protección a los más desfavorecidos y golpeados por la crisis, reducir el déficit fiscal generado por esas políticas y por las medidas de estímulo a la economía, y mantener el gasto productivo que «permita transitar a otro modelo de crecimiento».

Salgado afirmó también que «el esfuerzo de solidaridad» que se reclama al «conjunto de los ciudadanos» debe ser mayor por parte de quienes «tengan más capacidad». De acuerdo con este principio, afirmó, se ha decidido aumentar las cargas sobre las rentas de capital (ingresos procedentes de dividendos, plusvalías o intereses por depósitos bancarios u otro tipo de productos financieros) pero introduciendo tanto en este caso como en la revisión del IVA criterios de progresividad.

En concreto, el impuesto sobre las rentas del capital (por el que tributan actualmente 12,5 millones de españoles, de un total de 20 millones de sujetos fiscales) aumentará un punto (pasará del 18% al 19%) para ingresos por este concepto inferiores a 6.000 euros y se incrementará en tres puntos (del 18 al 21%) para rendimientos financieros superiores a esa cifra. Con ello la recaudación aumentará en 800 millones (el 13% más).

Según el Gobierno, los españoles que obtienen rendimientos de capital por cifras inferiores o iguales a 6.000 euros son el 94% de quienes pagan este impuesto, y que aportan sólo el 17% de su recaudación total. Para estos contribuyentes el encarecimiento medio será de 60 euros anuales. La subida del tipo de gravamen en 3 puntos sólo afectará, según la Ministra, al 6% de quienes pagan este impuesto, que son los que aportan el 83% de su recaudación. Para éstos la subida será mayor. Así, en el escalón más alto, los 1.000 contribuyentes que declaran ganancias de capital superiores a los 60.000 euros sufrirán un aumento impositivo medio de 5.000 euros más al año.

En el caso del impuesto sobre el valor añadido (IVA) también se aumenta la progresividad, según el Ejecutivo. El tipo superreducido de IVA, que afecta a bienes de primera necesidad (véase cuadro) se mantiene inalterado en el 4%. El tipo reducido (que incluye, como el anterior, alimentos, pero también hostelería, transporte, vivienda, etcétera) sube un punto (pasa del 7% al 8%) y el tipo general (resto de adquisiciones de bienes y prestaciones de servicios) aumenta en dos puntos y pasa del 16% al 18%. Con ello se prevé obtener 5.150 millones más, un aumento del 13%.

La Ministra sostuvo que, pese a esta revisión del IVA, España seguirá siendo el segundo país de la UE que menos recauda por este figura impositiva en relación al PIB y el segundo también con los tipos más bajos. Salgado descartó que la subida «moderada» del IVA vaya a desalentar el consumo. «Lo que más influye en el gasto», señaló, «es la confianza». «En 2007, con tipos de interés y precios altos, en España el consumo era muy elevado, y ahora, con tipos muy bajos e inflación negativa, el consumo ha caído».

El Consejo de Ministros aprobó, como se había anunciado, la supresión de la desgravación fiscal de los 400 euros que se venía practicando desde 2008 en el IRPF, lo que, de facto, constituye una subida de esta figura recaudatoria. El Gobierno, que se ahorrará con ello 5.500 millones de euros, justifica la decisión porque se adoptó para aliviar a las familias en un momento de tipos y precios al alza, circunstancia que ya no se da.

Para dinamizar la economía y el empleo y aliviar a las pequeñas empresas, el Ejecutivo introducirá en enero, de aprobarse esta reforma, una nueva rebaja del impuesto de sociedades, en esta ocasión de cinco puntos porcentuales, pero limitada a sociedades con menos de 25 trabajadores y una facturación inferior a 5 millones de euros siempre que creen o aumenten el empleo. El mismo beneficio podrán obtener los autónomos que tributen por el IRPF (no por módulos) y mantengan o creen puestos de trabajo.

La vicepresidenta sostuvo que «no es el momento de crear nuevas figuras impositivas» y que «no está previsto», por tanto, «el impuesto verde», que había anunciado Zapatero. Matizó que «cuando se aborde la ley de economía sostenible, esta norma no se limitará a gravar sino que también incluirá desgravaciones».