Madrid, Agencias

El proceso de recuperación económica «no será fácil ni rápido», y aún quedan «por delante retos exigentes» y «momentos difíciles», especialmente en lo que afecta al desempleo, alertó ayer en el Senado la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado.

La «número 3» del Gobierno defendió, pese a ello, la visión más optimista del Gobierno frente a la difundida por el FMI en sus respectivas previsiones económicas para España, porque el Ejecutivo espera una «mejor evolución de las exportaciones». Salgado argumentó que a la economía española le pasa «como a las mujeres», porque tiene que «trabajar el doble» para demostrar que está capacitada y para que se la valore igual que a otros países.

«No sólo estamos recuperando competitividad gracias al favorable diferencial de inflación, sino que nuestras exportaciones están logrando aumentar su cuota en el mercado internacional desde comienzos de año», aseguró. Las predicciones gubernamentales (que apuntan a una caída del PIB del 3,6% este año y del 0,3% en 2010) «se van cumpliendo, mal que les pese a algunos», y que «se seguirán cumpliendo con toda probabilidad en los próximos meses», agregó.

El texto del discurso de la Ministra, entregado a los periodistas antes de su intervención, incluía la afirmación de que «no podemos descartar alguna recaída» de la crisis. Pero Salgado nunca leyó esa frase. Al concluir su discurso, y ante las preguntas de los periodistas, aseguró que había omitido el párrafo al percatarse de que era «una errata». Y aseguró que el Gobierno está «absolutamente seguro» de que no habrá más recaídas porque los planes de estímulo públicos se retirarán de una forma «extraordinariamente gradual» para que eso no ocurra.

El elevado endeudamiento de las familias y las empresas y el exceso de oferta inmobiliaria -que deben reducirse- son, según Salgado, los principales «condicionantes» de la economía española. Según la titular de Economía, el crédito al sector privado «no puede ni debe crecer al ritmo en que lo hacía antes», aunque avanzó que esta corrección debe producirse de forma «gradual».

Elena Salgado admitió que son necesarias reformas estructurales, pero no aludió a la laboral. La Ministra defendió el «dinamismo» del mercado de trabajo, que ha permitido que volvieran a tener un empleo en el segundo trimestre 800.000 personas que lo habían perdido en el primero. Pero la Vicepresidenta admitió la necesidad de reactivar el diálogo social para acordar medidas que impulsen el empleo de calidad y la competitividad.

Salgado volvió a defender la subida de impuestos y explicó que una reforma fiscal de calado y con la que se busquen ingresos suficientes no puede consistir sólo en elevar la tributación a las capas más altas de la sociedad. Éste es un país de clases medias y por eso son ellas la base fiscal del país, explicó. En este sentido resaltó que hay que crear «conciencia fiscal» entre los ciudadanos porque los impuestos son necesarios.

La Vicepresidenta responsabilizó al PP de la «gran expansión» de la «burbuja» inmobiliaria, que se produjo, dijo, durante las dos legislaturas de José María Aznar, aunque admitió que quizá en el primer mandato de Zapatero se podía haber hecho más para corregir aquellos excesos.