Oviedo,

Marián MARTÍNEZ

Arcelor-Mittal ha concentrado en Navarra todos los pedidos de pintura de línea blanca que se realizaban a las plantas asturianas, mientras que la instalación de Avilés para este fin lleva más de un año paralizada por la crisis. La decisión se explica por la política de ahorro de costes que aplica la multinacional siderúrgica, desde la que se afirma que «arrancar la línea de Avilés para atender estos pedidos supondría un coste tan elevado que pondría en riesgo la competitividad de toda la planta». La línea de pintura de Avilés se cerró en octubre de 2008 por 51 días. Ahora no tiene fecha de arranque.

Una de cal y otra de arena. El ahorro de costes es la misma razón que enarbola Arcelor para trasladar el laminado en frío y el decapado de sus plantas vascas de Etxebarri a Avilés. Una decisión que conllevará la eliminación de 120 empleos en la planta del País Vasco.

Avilés tiene dos líneas de pintura. La que está en servicio es la que se destina íntegramente a la pintura del galvanizado para automóvil. El destino último de los productos que atiende la línea de pintura paralizada en Avilés son la construcción y los electrodomésticos, ambos golpeados duramente por la crisis económica. «La demanda real del mercado no acaba de repuntar lo suficiente como para abrir la línea de pintura de Avilés. Se trata de concentrar la producción en algunas plantas y cerrar temporalmente otras para lograr rentabilidad», explicó un portavoz de Arcelor-Mittal.

Los grandes fabricantes de electrodomésticos se concentran precisamente en Navarra, País Vasco y el sur de Francia, con lo que uno de los factores de rentabilidad viene propiciada en este caso por la proximidad, con lo que ya hay un ahorro en el coste de transporte.

A esta proximidad para el suministro se suma el factor de recursos humanos. Las plantas asturianas son de las pocas integrales (tienen el proceso completo, desde los hornos altos hasta productos acabados) que Arcelor-Mittal posee en Europa. Ésta es una ventaja competitiva dentro del propio grupo siderúrgico, pero además permite recolocar en unas instalaciones el personal excedente de otras, que es lo que se hizo en Avilés cuando se anunció la paralización de la línea de pintura. Adoptar esta medida en la planta de Navarra hubiera significado, según fuentes de Arcelor, «otro tipo de medidas que afectarían a todos los trabajadores» de aquella planta. La concentración de pedidos de pintura de línea blanca en Navarra coincide con el desarrollo del denominado «plan Bidasoa», que entre otras cuestiones supone el cierre de la línea de pintura de la planta de Legasa y su traslado a Lesaka. «No se trata de construir una nueva línea de pintura», matizaron ayer desde la compañía, sino de «acoplar al final de la línea de galvanizado un módulo de pintura, que se utilizará o no en función de la demanda del mercado».