Oviedo, J. CUARTAS

Dean Finch, de 43 años, gestor con una larga trayectoria profesional en el sector del transporte y que en la actualidad era máximo ejecutivo de la compañía Tube Lines, participada por la española Ferrovial, aceptó ayer la oferta de National Express (NX) y a comienzos de la primavera se incorporará como consejero delegado a esta multinacional británica, dueña de la empresa asturiana Alsa. Los Cosmen, mayor grupo accionarial, han reducido levemente su posición accionarial tras acudir a la ampliación, y del 19,72% han bajado al 17,22%, según comunicaron ayer a la bolsa.

Finch ocupará así un cargo crucial para relanzar la compañía y que está vacante desde julio, cuando Richard Bowker se fue de la sociedad coincidiendo con la entrada del grupo en números rojos, la presión de la banca acreedora, los primeros encontronazos con el Gobierno por la devolución de una línea ferroviaria en pérdidas y los amagos de opas y fusiones sobre NX.

El anuncio de la incorporación de Finch se produjo 24 horas después de que se hubiera conocido el éxito de la ampliación de capital de NX para aliviar su fuerte endeudamiento y de que se supiera que la familia asturiana Cosmen, mayor grupo accionarial a había secundado pese a haberse opuesto inicialmente a ella por entender que era una medida insuficiente si no se corregían otras carencias. El fichaje de un alto ejecutivo, con experiencia en el sector, y con capacidad para relanzar NX y sacarla de sus problemas, fue una de las exigencias de la dinastía y que ahora se consuma.

La familia Cosmen ha visto con agrado la elección de Finch por su perfil experimentado en el manejo de ferrocarriles, buses y autocares.

Finch, que se convertirá en el tercer consejero delegado (tras Phil White y Richard Bowker) que dirigirá NX desde que hace sólo cuatro años los Cosmen se incorporaron a su accionariado y Alsa pasó a ser una filial del grupo, llevaba apenas seis meses al frente de Tube Lines, un consorcio de Bechetel y Amey (filial de la española Ferrovial) responsable del mantenimiento y renovación de infraestructuras y estaciones del metro de Londres.

Desde que NX ofreció su máximo puesto ejecutivo a Finch, el presidente en Tube Lines, David Begg, trató de disuadirle para que no abandonase su actual responsabilidad y últimamente se la había ampliado el plazo de decisión hasta el 21 de diciembre. Finalmente, Finch optó por no agotar ese periodo, probablemente animado por el éxito de la ampliación de capital y también por el compromiso explícito de reconciliación entre los Cosmen y el resto del consejo. Una fuente cercana a NX confirmó ayer a «The Independent» que las relaciones internas «son mejores y la situación parece mejorar para el largo plazo».

Finch trabajó durante 10 años (hasta hace seis meses) en First Group, el rival que en julio intentó una fusión con National Express, y que hoy es el mayor gestor ferroviario, amén de ser un gran operador en transporte por carretera. Finch fue gerente del negocio ferroviario de FirstGroup (2000-2004) antes de convertirse en consejero y director comercial del grupo. Esa experiencia ferroviaria es muy conveniente para NX que, de haber sido el mayor operador de trenes del país, está en vías de quedarse en 2011 sin ninguna línea de tren tras negarle el Gobierno la prolongación de las dos franquicias que aún conserva.

Finch estuvo luego destinado al frente de las filiales de First en EE UU, por lo que tiene un conocimiento directo de un mercado, el norteamericano, que es donde NX tiene pendientes algunos problemas, al extremo que fueron los datos de sus negocios allí los que hicieron recular a CVC y Cosmen en su intento de opa sobre NX. Hasta su marcha a Tube Lines, Finch fue director de operaciones de First Group. Ayer dijo que va luchar por «reforzar» todos los negocios de NX sin distinción.