Madrid, Agencias

Gerardo Díaz Ferrán, copropietario de Air Comet y presidente de la patronal CEOE, achacó ayer el cierre de la aerolínea a la crisis económica, a la falta de créditos para la compañía y a la decisión «desproporcionada» de un juez británico que prohibió la actividad de los aviones desde el pasado martes, cuando se materializó un hundimiento empresarial que ha llevado a algunos dirigentes políticos y sindicales a cuestionar la continuidad de Díaz Ferrán al frente de la CEOE. El también copropietario del Grupo Marsans, un gigante que asimismo pasa por problemas, se siente respaldado y descarta dimitir.

Gerardo Díaz Ferrán guardó silencio público durante unas horas después de estallar el caso de Air Comet, pero ayer citó a la prensa para explicarse. «Jamás me escondo de los problemas», dijo. Defendió que la aerolínea era «viable» de no ser por la sentencia británica que inmovilizó los aviones debido a una deuda de 17 millones con un banco alemán. Pero el directivo reconoció también que, ante la situación económica que atravesaba la compañía, y que era conocida por la opinión pública tras ocho meses de impagos de nóminas y huelgas anunciadas, no entiende cómo los consumidores han comprado billetes. «Si hubiese visto esta situación desde fuera, no habría elegido a Air Comet para volar a ningún sitio», espetó.

Díaz Ferrán afirmó que no tiene «nada que reprochar al Gobierno» sobre su actuación en este asunto. Atribuyó la quiebra a la crisis y a la imposibilidad de encontrar financiación tanto de un comprador privado, que, según reveló, iba a inyectar 90 millones de euros antes de la sentencia de un juez británico, como de las propias empresas del Grupo Marsans, que ya habían aportado 143 millones. Air Comet presentó ayer un expediente de regulación de empleo para extinguir los contratos de 666 trabajadores.

«En cuarenta años como empresario es la primera vez que me enfrento a un concurso de acreedores y a una situación tan dramática», señaló también. Y deslizó lo siguiente: «Tengo dudas de que siga siendo el propietario. Yo estoy aquí como presidente. No sé si soy accionista en estos momentos», ha dicho. Según su versión, el 1 de diciembre la compañía se vendió a Arnold Leonora, un empresario de la isla Curazao con el que hay firmado un contrato privado de compraventa. Según este documento, el 21 de diciembre, el mismo día que se intervino la aerolínea, tenía que poner 90 millones y no los puso.

Díaz Ferrán manifestó que seguirá al frente de la CEOE hasta que el resto de empresarios lo decida. «No tiene nada que ver un problema empresarial con ser presidente de la CEOE», dijo. El empresario admitió, no obstante, que se planteó renunciar. Fue antes de que, la pasada semana, pusiera su cargo a disposición de la dirección de la patronal y ésta le respaldara por unanimidad.

Desde el Gobierno, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha afirmado que Díaz Ferrán sigue siendo un representante válido de los empresarios. «Corresponde a la CEOE y al propio Díaz Ferrán decidir su continuidad», señaló.

El Gobierno se ha hecho cargo de reubicar en otras aerolíneas a los miles de clientes de Air Comet, en su mayoría inmigrantes latinoamericanos, que se han quedado en tierra. Parte de ellos permanecía ayer en el aeropuerto de Barajas, donde protagonizaron protestas y algunos iniciaron una huelga de hambre. Los vuelos para dar servicio a estos viajeros comenzaron anoche.