Oviedo / Madrid, Agencias

Como norma general, los españoles deberán trabajar dos años más para jubilarse en el futuro. El Gobierno apuesta por aumentar la edad de jubilación como herramienta capital para preservar a largo plazo el sistema público de pensiones y el Consejo de Ministros aprobará hoy una propuesta que supone retrasar la edad de retiro de manera paulatina entre 2014 y 2025, hasta quedar fijada en los 67 años. La medida, de ser aprobada, afectará gradualmente a los nacidos a partir de 1949-1950 y, sobre todo, a los hijos del «baby-boom», la generación de los años 60 del pasado siglo, que sería la primera en jubilarse a los 67.

El Ejecutivo del socialista José Luis Rodríguez Zapatero ha puesto a funcionar la máquina de las reformas que había comprometido cuando, a finales de 2009, lanzó la llamada «Estrategia de desarrollo sostenible». El Consejo de Ministros dará luz verde hoy al documento que se llevará a la mesa del Pacto de Toledo para que partidos políticos y agentes sociales negocien una reforma de las pensiones. Y se aprobará también un plan extraordinario de austeridad para recortar el gasto público en 50.000 millones de euros durante los próximos cuatro años, con el propósito de recuperar el equilibrio de las cuentas públicas según la disciplina presupuestaria que dicta Bruselas. Un tercer plan, para la reforma laboral, se presentará en febrero.

l Pensiones. El Gobierno estudia poner sobre la mesa cambios en el período de cómputo de las pensiones, ahora de 15 años, y sugerencias para revisar las pensiones de viudedad cuando éstas no sean el ingreso principal del beneficiario, pero la reforma de mayor alcance que, según varias informaciones periodísticas, se lanzará hoy es la ampliación de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. La fórmula que se plantea es gradual y comenzaría a afectar a quienes se jubilen después de 2013. La idea es que la edad del retiro se vaya ampliando en dos meses cada año, hasta que en 2025 se alcance el nuevo límite de los 67 años. Así, quien cumpla 65 años en 2014 deberá seguir en activo dos meses más para jubilarse con su pensión completa. Los primeros en retirarse con 67 años podrían ser los nacidos en 1960 (ver gráfico indicativo junto a estas líneas). La reforma cogerá de lleno a la generación del «baby-boom» español, los nacidos sobre todo durante los fecundos años 60 del pasado siglo, período de intenso auge de la natalidad en el país.

La posición del Ejecutivo supone en apariencia una victoria de las tesis de la ministra de Economía, Elena Salgado, frente a las de Celestino Corbacho, partidario de tomar otros caminos en lugar de tocar la edad de jubilación. Según otras informaciones, el documento que aprobará el Consejo de Ministros deja abierta la puerta también a ampliar el número de años para calcular el importe de la pensión, lo que a la postre supone rebajar su cuantía.

Países como Alemania y Portugal han aprobado ya reformas que implican retrasar a medio plazo la edad de jubilación. El propósito es el mismo en todas partes: buscar fórmulas que hagan sostenible uno de los elementos medulares y más sensibles del Estado de Bienestar y que, según el consenso de los expertos, corre peligro en España y en el conjunto de Europa a medio plazo por la deriva demográfica de las regiones más desarrolladas del mundo: cada vez es mayor la esperanza de vida y el envejecimiento se acelerará vertiginosamente durante las próximas décadas, multiplicando el gasto en pensiones y recortando la base de trabajadores en activo, cuyas cotizaciones sostienen las prestaciones en sistemas públicos de reparto como el español.

Según una estimación divulgada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la población española crecerá 2,1 millones de habitantes en los próximos cuarenta años y tendrá el doble de mayores de 64 años, lo que representa el 31,9% del total de la población. Sumando a esta última cifra los menores de 16 años se infiere que hacia 2049 la mitad de la población estará en edad de no trabajar si la edad de jubilación se mantuviera como en la actualidad.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, aseguró ayer que el sistema goza de buena salud, como quedaría demostrado por el hecho de que en 2009, aun estando en recesión, la Seguridad Social obtuvo un superávit. Anticipó también que el Gobierno incrementará el Fondo de Reserva (la hucha de las pensiones para casos de emergencia) con 2.000 millones más. No obstante, la crisis ha reducido el oxígeno de la Seguridad Social. El organismo obtuvo un saldo positivo de 8.501,83 millones en 2009, el equivalente al 0,81% del PIB, cifra inferior en un 41% a la de 2008.

l Gasto público. Recomponer el equilibrio de las cuentas públicas es el propósito del plan de recorte del gasto que también hoy aprobará el Gobierno. Ha trascendido que durante cuatro años el Estado reducirá 50.000 millones en gastos y que se intensificará la vigilancia sobre la situación financiera de las comunidades autónomas.

España tendrá este año un déficit equivalente al 10% del producto interior bruto y tiene la obligación de reducirlo al 3% en el horizonte de 2013. Los pormenores del plan de austeridad no se conocerán hasta hoy, aunque fuentes de Moncloa han anticipado que no habrá recortes en las pensiones, las prestaciones por desempleo, la ley de dependencia o la educación.

Algunos analistas asociaron ayer la agilidad con la que se ha elaborado y anunciado este plan con un intento de mejorar la imagen de España en los mercados, de evitar por ejemplo que las agencias de «rating» rebajen la calidad de la deuda pública. «España es un país serio y cumplidor», enfatizó ayer Zapatero en la cumbre de Davos.