El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró este viernes que la situación de España no es comparable a la de Grecia, una declaración que refuerza el mensaje que el gobierno de Madrid lleva a las principales plazas bursátiles del mundo.

Hasta ahora, el FMI había mantenido silencio sobre el asunto, pero les dijo a los inversores que no pueden meter en el mismo saco a esos dos países y a Portugal. "Respecto a Portugal y España, vemos diferencias en sus circunstancias respecto a las de otras partes de la zona euro", dijo en una rueda de prensa David Hawley, un portavoz del FMI, en respuesta a la posibilidad de contagio de las dificultades de Grecia.

Hawley afirmó que los dos países ibéricos cuentan con unas estadísticas económicas y unas instituciones "robustas", tienen buenos historiales de política económica y credibilidad, y sus situaciones fiscales eran fuertes antes de la crisis.

Ése es precisamente el mensaje que ha llevado a París y Londres el secretario de Estado de Economía español, José Manuel Campa, y que reiterará en reuniones a puerta cerrada con inversores en Nueva York y mañana en Boston.

Antes de partir de Madrid, Campa afirmó que en Wall Street presentará los planes del gobierno español para contrarrestar lo que denominó juicios "subjetivos" de los mercados.

Cuando los inversores perciban que el diagnóstico de la situación es adecuado y que también son correctas las medidas adoptadas "se generará mucha más tranquilidad", dijo Campa en una entrevista con EFE-Dowjones.

Crisis en Grecia

La crisis griega, que ha salpicado a los mercados en España y Portugal, se precipitó cuando su nuevo gobierno reconoció en diciembre que el déficit cerraría 2009 en el 12,7 % del PIB, en lugar del rango entre el 6 y el 8 por ciento que había previsto la administración anterior.

El primer ministro, George Papandreou, prometió medidas de austeridad radicales, pero eso no evitó que las agencias de calificación de riesgo rebajasen la nota de los bonos griegos y que se disparara el interés que los inversores exigen por los títulos soberanos de Grecia.

Sus problemas con los datos económicos vienen de antiguo, pues una investigación de la Comisión Europea determinó en 2004 que Grecia tergiversó datos fiscales y que no debería haber entrado en la zona euro en 2001 al no cumplir las condiciones.

Las dificultades de Grecia han hecho saltar no sólo las primas de riesgo de su propia deuda, sino también las de otros países de la zona euro, en particular Portugal y España.

Venta de bonos

Para España las aguas están más calmadas, lo que se confirmó el miércoles al vender bonos a 15 años por valor de 5.000 millones de euros en una subasta con alta demanda de los inversores, lo que ha demostrado la capacidad de su gobierno para financiarse, según los expertos. El país pagó en la emisión una prima de riesgo de 0,85 puntos porcentuales.

En comparación, el diferencial entre la rentabilidad de los bonos griegos a diez años y la deuda alemana, que se toma como referencia, subió hoy a 3,28 puntos porcentuales.

Hace cinco años, el diferencial de Grecia era de tan sólo 0,08%, pese a que el déficit griego ya superaba con creces el límite del 3 por ciento del PIB que establecen las normas de la zona euro.

Ahí radica otra de las diferencias que apuntó el FMI hoy: Grecia sufría un problema presupuestario incluso antes de que llegara la crisis, mientras que España entró en ella con un superávit del 2%.

Aun así, las finanzas públicas se han deteriorado rápidamente. El déficit fiscal se elevó al 11,4% del PIB en 2009, y el índice de desempleo ronda el 19%.

El Fondo prevé que España será la única economía desarrollada en recesión este año, ya que pronostica que el PIB se contraerá un 0,6%, tres décimas más que las previsiones del gobierno.