Oviedo, José Luis SALINAS

La atonía de la demanda europea y, sobre todo, la mala situación de España, Portugal y Grecia han llevado a Arcelor-Mittal a cambiar sus planes para derruir el horno alto «B» de Veriña (Gijón) y levantar uno nuevo. El gigante siderúrgico, indicaron fuentes de la empresa, no ve señales de mejoría a medio plazo en los mercados del sur de Europa, debido, sobre todo, a la caída del negocio de la construcción, por lo que considera que no tiene sentido llevar a cabo una ampliación en la capacidad productiva del horno gijonés cuando no hay demanda que abastecer. En lugar de la ambiciosa mejora que había planteado, la multinacional irá a una reforma menor que sí permitirá ampliar la vida útil de la instalación. Los sindicatos exigieron ayer a la dirección una reforma integral del horno gijonés y más inversiones en el resto de las instalaciones asturianas.

Arcelor, que durante el primer trimestre del año ganó más de 514 millones de euros, se había planteado por primera vez la necesidad de reconstruir el horno alto «B» de Gijón en 2005, un año en el que la demanda de acero, fruto del auge de la construcción y del alto gasto de los hogares, crecía a un fuerte ritmo. El estallido de la crisis económica ha tirado por tierra los planes de la multinacional, que ha visto cómo la demanda de sus productos se reducía más de un 40% en Europa. Ahora el magnate indio Lakshmi Mittal, que en 2005 aún no era presidente de Arcelor, ha decidido apostar por llevar sus inversiones a países emergentes (Brasil, India...), donde sí está despegando la demanda y se manejan mejores expectativas económicas.

«A tenor de los resultados que acaban de presentar», asegura el secretario general de la federación de metal de UGT, Eduardo Donaire, «parece que Arcelor comienza a salir de la crisis». El ugetista reclama a la dirección de la compañía una reforma «integral» del horno y que se realicen más inversiones en sus instalaciones asturianas. El consejo de Mittal aprobó el jueves un desembolso de casi cien millones de euros para las plantas de Avilés y Gijón, la mayoría destinada a operaciones de mantenimiento. «Somos conscientes de que son decisiones que debe tomar la empresa; pero si el mercado mejora, debería acometerse la reconstrucción del horno», apuntó Donaire. El sindicalista señala: «La reforma es importante porque España es un país deficitario de acero, hay más demanda que producción».

Una opinión análoga defiende Maximino García, secretario de la federación de industria de Comisiones Obreras (CC OO), que asegura que las palabras de Mittal «ponen de manifiesto que por parte de la empresa no había ninguna intención de llevar a cabo la reconstrucción del horno de Gijón». Y, a su juicio, en las plantas asturianas son necesarias reformas de mayor calado, «más compromiso con Asturias». «Las inversiones que se están aprobando son mínimas», señaló.

La siderúrgica defendió también la mejora que se acometerá en el tren de alambrón -donde se llegó a decretar un cierre patronal la pasada semana ante las huelgas de los trabajadores- para convertir la instalación en un referente en Europa. La alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, aseguró que la empresa «está apostando por la competitividad de esta instalación».