Oviedo / Madrid / Bruselas,

Agencias / J. C.

Los mercados europeos vivieron ayer un nuevo «martes negro», con un desplome generalizado de los índices bursátiles (más acusado en Grecia y España) por el temor a que fracase el rescate de la República helena y al contagio a otros países de la crisis soberana griega.

La nueva tormenta se desencadenó a raíz de que Alemania pusiera de nuevo en duda que los 110.000 millones de créditos comprometidos por los países del euro y el FMI para salvar a Grecia de la suspensión de pagos vayan a ser suficientes. La convulsión se volvió tornado cuando se hicieron circular, además, dos rumores contra España (ambos, desmentidos) que ponían en duda la solvencia de este país.

Uno de ellos aseveraba que la agencia de calificación crediticia Fitch estaba ultimando un recorte del «rating» o nota de solvencia del «Reino de España», siguiendo así los pasos de lo que hizo S&P hace una semana. El otro sostenía que España iba a solicitar una ayuda de la UE por 280.000 millones.

Tanto Fitch como Moody's salieron al paso de los bulos y confirmaron la máxima calificación crediticia (triple A) para la deuda pública española, con el mismo rango de solvencia que la que tiene la deuda alemana. Ambas agencias precisaron que su perspectiva es estable para la deuda soberana de España, por lo que no prevén recortes de su nota a corto plazo.

El otro bulo fue rechazado de forma categórica por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien negó que España vaya a pedir su rescate por el «eurogrupo» y ratificó su confianza en la fortaleza y la solvencia de las cuentas públicas españolas, así como en la capacidad de recuperación económica del país. Un portavoz de la Comisión Europea también negó que el mecanismo de rescate griego se vaya a extender a España.

El daño a la confianza de los inversores estaba hecho. El Ibex 35 (el principal índice de la Bolsa española) sufrió la segunda mayor caída del año (-5,41%), que lo situó por debajo de los 10.000 puntos por primera vez desde julio de 2009, perdiendo así todo lo que había ganado en los últimos diez meses.

El pánico cundió también en otros mercados: Atenas se desplomó el 6,68%, el índice selectivo FTSE MIB de la Bolsa de Milán perdió el 4,70%, Lisboa se dejó el 4,21%, el CAC-40 parisino retrocedió el 3,64%, el DAX 30 de Fráncfort cedió el 2,60%, lo mismo que el FTSE de Londres, el índice europeo Euro Stoxx 50 cedió el 3,8% y las bolsas de América (Nueva York, São Paulo, México, Buenos Aires, entre otros) abrieron también a la baja. En el mercado español el mayor descenso lo protagonizó Sacyr Vallehermoso (-10,15%), seguida de Telecinco (-8,41), BBVA (-7,59), Banco Popular (-7,34), Santander (-7,08), Iberdrola (-5,94), Bankinter (-4,80), Banco Sabadell (-4,47) y Banesto y Repsol YPF (-4,40%). Los dos valores asturianos (Duro Felguera y Gam) cayeron el 4,3% y el 5,4%, respectivamente.

La inquietud generada también afectó al euribor, tipo de interés de referencia, que subió otra milésima y estableció su tasa diaria en el 1,240%, continuando así la senda alcista que inició en abril.

El comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, anunció que estudiará el papel de las agencias de calificación de riesgo en la crisis griega y aseguró que se debe exigir la mayor transparencia a esas empresas dado el impacto sobre las finanzas públicas.