Atenas

«Ni la violencia ni las piedras nos sacarán de la recesión, sino que nos crearán un mayor problema», advirtió en el Parlamento el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, en referencia a las duras protestas que se dieron en la calle de Atenas el pasado miércoles. Durante el debate sobre el plan de austeridad trienal, valorado en 30.000 millones, que es la condición para que Grecia pueda ser rescatada por sus socios europeos y el FMI, Papandreu subrayó la necesidad de aislar a los violentos. Afirmó que entendía la rabia que produce la tragedia por la irresponsabilidad y la rapiña que salen a la luz cada día, en alusión a la herencia que recibió del anterior Gobierno conservador sobre la maltrecha situación económica del país. «No pediríamos ahora sacrificios si no hubiera precedido tal rapiña», dijo Papandreu.