El miedo a que la crisis de Grecia contagie a otros países de su entorno y con ello dificulte la recuperación económica internacional castigó a la Bolsa española esta semana, que registró la segunda mayor caída de su historia, al perder el 13,78% y retroceder a niveles de hace un año.

La última jornada, marcada por la gran volatilidad y la apertura bajista de Wall Street tras unos datos de desempleo peores de lo previsto al día siguiente de que el Dow Jones de Industriales bajara momentáneamente un 9,17%, fue el detonante de una semana "negra" en la que los inversores se decantaron por vender de forma masiva.

De hecho, para encontrar una caída mayor que la de esta semana hay que remontarse a octubre de 2008, cuando la bolsa perdió el 21,20% de su valor en sólo cinco días de cotización.

El principal varapalo se sufrió a principios de semana, cuando el falso rumor de que España había solicitado ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) para financiar su deuda sembró el pánico en el mercado español, donde el selectivo Ibex-35 se desinfló un 5,41%.

El organismo internacional negó tal demanda, pero ello no sirvió para tranquilizar a los mercados, ya que un día después instó a España, así como a Irlanda y Portugal, a aplicar "rápidamente" medidas de ajuste fiscal.

Quizá, por esa razón, la negociación de los denominados CDS, seguros para cubrir el riesgo de impago de deuda de estos tres países, al igual que los de Grecia, marcaron niveles máximos durante buena parte de la semana.

No obstante, de los cuatro países periféricos de la zona del euro, proteger la deuda de España era el caso más barato, aunque eran necesarios 238.780 dólares anuales para garantizar una inversión de 10 millones de dólares en bonos españoles a 10 años.

Con ese precio, la prima de riesgo de España seguía estando entre la de los 15 países más caros del mundo, lo que debería interpretarse como una gran desconfianza por parte de los inversores sobre la capacidad del país para afrontar sus compromisos.

Esas dudas obligan a que los intereses que se pagan por la deuda española llegaran al 4,439%, o sea, 164 puntos básicos más que la remuneración que reciben los tenedores de bonos alemanes.

En la última emisión de deuda del Estado, el Tesoro tuvo que elevar el 20% el rendimiento de los bonos a 5 años respecto a dos meses antes, hasta el 3,580%, la misma rentabilidad que ofrecía en noviembre de 2008, con el fin de colocar 2.345 millones entre los inversores.

Sin embargo, el Gobierno pedía prudencia ante este descalabro y aseguraba que cumplirá con su plan de consolidación fiscal para conseguir que el elevado déficit público quede por debajo del 3% en 2013 como fija la eurozona, cuya moneda común se cambia ahora a seis centavos de dólar menos que hace una semana.

Al mismo tiempo, tanto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, arremetían contra los "especuladores" de los mercados.

Desde Bruselas, un día antes de que el miércoles se reuniera con el líder del PP, Mariano Rajoy, Zapatero se comprometió a "combatir" ese tipo de actuaciones.

Ya a finales de semana, Fernández de la Vega advirtió de que "España no va a consentir que se juegue con su prestigio" a través de "malas artes y conductas punibles" como el uso de información privilegiada o la difusión de rumores en los mercados.

Además, el Gobierno mostraba su satisfacción por la salida de la economía española de la recesión en el primer trimestre de 2010, al avanzar el 0,1%, según los cálculos del Banco de España.

Una noticia que sirvió para que la Bolsa se anotara ligeros avances que posteriormente se evaporaron y volvieron a convertir al parqué español en el más bajista del Viejo Continente, frente a Milán que perdió el 11,94%; París, el 11,12%; Londres, el 7,61% y Fráncfort, el 6,86%.

Respecto a la evolución del Ibex-35, que cerró en 9.046,10 puntos, esta semana bajaron todos los valores, aunque la mayor caída correspondió a Sacyr, que perdió el 23,3%, seguido del Banco Popular, el 19,46%, y BBVA, el 19,23%.

En el lado contrario, Bolsas y Mercados Españoles se anotó la menor caída, del 1,67%, seguida de Grifols, que cedió el 2,93%.

En el caso de los grandes valores, después de la caída del BBVA, el Banco Santander perdió el 17,35%; Iberdrola, el 14,81%; Repsol, el 12,33%, y Telefónica, el 9,78%.