Madrid / Oviedo

La economía española salió durante el primer trimestre de 2010 de la recesión más larga en 40 años, según anticipó ayer el Banco de España. El Producto Interior Bruto (PIB) avanzó un 0,1% en relación al último tramo de 2009 y esa décima es técnicamente suficiente para determinar que la etapa recesiva que comenzó a finales de 2008 ha concluido. Cierta mejoría del consumo, unida a la aportación del comercio exterior, explican, según el tutor del sistema financiero nacional, un resultado con el que el país se sube estadísticamente al carro de la recuperación internacional. Aunque el propio Banco de España no descarta, como también ha apuntado la Comisión Europea, que el PIB sufra una recaída durante el tercer trimestre por el impacto de la subida del IVA en el consumo.

Conforme a la definición del Fondo Monetario Internacional (FMI), una economía entra en recesión cuando encadena dos trimestres consecutivos de decrecimiento del PIB. Esa situación se dio durante la segunda mitad de 2008, cuando la caída del banco estadounidense Lehman Brothers marcó el cénit de la crisis financiera mundial y su traslación posterior a la llamada economía real, con pérdidas masivas de empleo en todo el mundo -singularmente en España- y destrucción de tejido productivo.

De aquella estalló en toda su dimensión la crisis inmobiliaria española, el consumo se deprimió, la industria se hundió hasta los niveles de la anterior recesión -la de 1993, que duró seis meses-, el crédito se colapsó y el desempleo inició una escalada que últimamente ha llevado la tasa de paro al 20%. ¿Qué ha sacado a España de la recesión después de 15 meses? El Banco de España -cuyos datos son oficiosos y aún deben ser confirmados por los del Instituto de Estadística- sostiene que en los primeros compases de 2010 prosiguió la «mejora gradual» de la economía, en un entorno caracterizado por la «progresiva recuperación» de la economía mundial, la continuación de los efectos de las medidas públicas de apoyo y el aumento en la confianza de los agentes económicos.

Aunque el PIB registró un aumento intertrimestral del 0,1%, en tasa interanual hay una caída del 1,3%, en todo caso más suave que la sufrida a finales del pasado año (-3,1%). Según el Banco de España, la evolución ha estado marcada por una mejora del consumo privado -ligada en parte, se estima, a las compras anticipadas para evitar la subida del IVA a partir de julio- y de las exportaciones, favorecidas por el contexto internacional y por la depreciación del tipo de cambio del euro. Todos los sectores mantuvieron un tono «algo menos deprimido», aunque sigue sin despegar la inversión empresarial.