Madrid / Oviedo

Oviedo, J. C.

El Gobierno anunció que rebajará los salarios del Ejecutivo y altos cargos en el 15%, diez puntos más que la reducción que sufrirán los funcionarios. A su vez, el PSOE tiene previsto proponer a las Mesas del Congreso y el Senado una rebaja también del 15% en el sueldo de los parlamentarios, en consonancia con el recorte de retribuciones para altos cargos anunciado por el presidente del Gobierno. El recorte supone un mínimo de 470 euros al mes por diputado y senador.

Además del portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, también solicitaron extender la reducción de retribuciones a los parlamentarios los portavoces de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, y de Coalición Canaria, Ana Oramas. En una de sus últimas intervenciones, José Luis Rodríguez Zapatero asumió que esta petición es «absolutamente razonable».

Duran Lleida fue el primero en solicitarlo cuando subió al estrado. Duran dijo que convenía hacerlo pese a que los parlamentarios llevan dos años, a causa de la crisis, con la remuneración congelada.

La pertenencia al euro y a sus ventajas impone severas restricciones de los instrumentos de política económica en manos de los Gobiernos. Si de anteriores crisis España pudo salir devaluando la peseta para ganar en competitividad y relanzar la economía merced a la demanda exterior, hoy España, por su pertenencia al euro, ya no puede usar ese recurso para dinamizar su economía. Eso llevó a una intensificación del gasto público para intentar estimular la actividad, mediante ayudas millonarias a sectores productivos, mecanismos de protección del sistema financiero y gasto incentivador del consumo, además de ingentes recursos para el desempleo.

Cuando la crisis de Irlanda, Dubai y Grecia, con suspensiones de pagos o amenaza de tal, hizo cundir la alarma sobre la deuda pública y los especuladores atacaron a los países con mayor déficit (aunque, como España, tengan poca deuda), la pertenencia a una moneda única ha dejado a los Gobiernos sin margen de elección. La prioridad de proteger al euro ha acabado por sacrificar el crecimiento a la estabilización.