Oviedo, Raquel L. MURIAS

Corrillos a las puertas de las consejerías del Principado, cigarrillos a medias en el suelo, suspiros resignados, indignación e, incluso, miedo a hablar con los medios. Los funcionarios asturianos están indignados con el recorte anunciado por el presidente del Gobierno, un ajuste que van a notar muy directamente en sus nóminas mensuales. No contaban con ello. No se lo esperaban y, encima, algunos se sienten desamparados por los sindicatos porque «no han sabido estar en su sitio». La frase es de José Manuel Leal, que lleva veinte años trabajando como funcionario en la consejería de Medio Ambiente. «Yo quiero que la gente salga a manifestarse contra los sindicatos porque no han hecho nada más que estar callados. Y quiero que alguien nos explique si es constitucional revocar unos sueldos que están aprobados por el Congreso», remata. Apaga el cigarrillo y se va echando humo. Indignado. «Si es que vamos a tener que dejar de fumar porque no vamos a tener ni para tabaco», asegura un compañero de oficina que prefiere no salir en la prensa. «No vaya a ser que me echen», explica.

A unos metros de él, cinco mujeres andan analizando lo mismo. No se habla de otra cosa. Pero tampoco quieren foto, ni nombre. «Que somos interinas», aclaran. Aseguran que hay que acabar con el mito que anda suelto por la calle, ése que dice que los funcionarios viven muy bien. «Aquí la mayoría somos mileuristas, la gente está muy equivocada si piensa que nos estamos haciendo ricos». Ellas creen que Zapatero se equivoca y que antes de recortarles a ellas el sueldo (madres de familia, con hijos, con hipotecas) había muchas opciones. Ejemplo: «¿Qué me dices de las ayudas a los coches? ¿Y de las de la compra de ordenadores?», se preguntan en voz alta.

Ayer Liberto Torres fumó más de lo normal. Tiene 55 años y es funcionario interino del Principado de Asturias. Mientras mira hacia el cielo, encapotado y muy gris, anda a ver si encuentra manera de entender a Zapatero y sus vaivenes. «Llevan una semana convenciéndonos para que pensemos que no somos Grecia y ahora nos aplican los mismos recortes. Si es que, al final, es lo de siempre, siempre acabamos pagando los trabajadores», asegura. Torres se pregunta dónde andará el dinero que le inyectaron a los bancos «ahora que estamos discutiendo hasta si les tenemos que pagar a los parados». Ayer, desde luego, no fue un buen día para Liberto.

Afiliados o no a los sindicatos, ningún funcionario de los consultados apoyaba al Gobierno en este tijeretazo. José Antonio Hinojosa, funcionario de Sanidad y afiliado a Comisiones Obreras, asegura que es «el peor recorte que recuerdo desde que soy funcionario. Este Gobierno ha perdido el Norte. Quien haya escuchado hoy (por ayer) a Zapatero tiene que estar asustado porque parece que estaba anunciando la guerra», afirma. Esa misma sensación la tuvieron sus compañeros de carné sindical: Melchor Salvadores, funcionario laboral y Luis Fernández León, secretario de política educativa. «Ya estábamos haciendo un esfuerzo, se había consensuado una congelación de nuestros sueldos hasta 2012. Estaba dialogado, firmado y ahora... ¿nos salen con esto?», indica Salvador. «Y eso que los funcionarios llevamos doce años aguantando que se nos aplique sólo una subida salarial por debajo del IPC, que eso la gente tiene que saberlo», apostilla Fernández León.

Se barruntan movilizaciones de los funcionarios. Los sindicatos quieren hacerlo, aunque algunos creen que no servirá para mucho. O para nada. Explica José Luis Rodríguez, representante del sindicato USIPA (Unión de Sindicatos Independientes del Principado de Asturias), mayoritario en las consejerías, que «donde hay que tumbarlos es en las urnas. Zapatero es un mentiroso y un nefasto gestor. Da miedo oírlo. En cuanto dice que algo va bien todo se descalabra. Es un completo inútil», remata.

Más descontentos. «Siempre cargando sobre la espalda del trabajador público, pero luego la gente quiere que le atiendan bien en la consulta, que le arreglen pronto los papeles», asegura el delegado sindical del sindicato CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) en la cárcel de Villabona.

Hoy todos volverán al colegio, a la Consejería, al centro de salud. Al mismo trabajo por un 5% menos de sueldo.