El ex ministro de Economía, Pedro Solbes, aseguró ayer que los recortes de Zapatero «van en la buena dirección», por tratarse de actuaciones estructurales que ayudarán a reducir el déficit a medio plazo, y no de forma coyuntural. Solbes rechazó la idea de que el Gobierno haya improvisado. «No se puede improvisar de la noche a la mañana estas actuaciones», aseguró, y consideró que es «ir más lejos» de lo previsto para acelerar la consolidación fiscal.

José Montilla, presidente de la Generalitat de Cataluña, garantizó que, además de recortar los sueldos a los funcionarios, su Gobierno ejecutará una bajada «ejemplar» de los salarios de los altos cargos, incluidos los de los consejeros. Además, el Ejecutivo catalán estudia un aumento del impuesto de transmisiones patrimoniales (ITP) y del de actos jurídicos documentados (AJD), ambos gestionados por la Generalitat, «en paralelo» al incremento del IVA que se producirá a partir del 1 de julio.

El consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Antonio Beteta, apoyó la reducción de salarios de los funcionarios y defendió la necesidad de que sacrifiquen su actual situación ante la crisis económica. Respecto al conjunto de medidas anunciadas, criticó que Zapatero abordará «las necesarias reformas estructurales porque vienen pedidas desde instancias internacionales».

Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, aseguró sobre los recortes del gasto que Galicia «no puede pagar y no pagará» el déficit público «alarmante» del Gobierno central, generado «por la falta de rigor» de las políticas presupuestarias del Presidente. «Si España tuviese un déficit público del 1%, no tendríamos que reducir las inversiones», dijo.