Oviedo / Madrid,

M. MARTÍNEZ / Agencias

Suenan tambores de protesta en la calle, sin descartar una huelga general. UGT y CC OO advirtieron ayer de que las nuevas medidas de ajuste anunciadas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, son un recorte de derechos y un ataque al Estado del bienestar. Un «cambio de escenario» que rompe con todo lo negociado y, por tanto, no descartan ninguna movilización. De hecho, los órganos de dirección de ambas organización ya se han empezado a mover. A Zapatero le llegó el mensaje alto y claro, porque por la tarde convocó a ambos sindicatos a una reunión este mediodía en la Moncloa para explicarles los recortes.

La patronal CEOE y la asturiana FADE, así como las cámaras de Comercio, calificaron de «positivas» las medidas de ajuste, aunque lamentaron que no se adoptaran antes y que algunas de ellas supongan un gasto en partidas que afectan a la inversión productiva y a la productividad. También exigen «urgentes» reformas estructurales. Y es que aún está pendiente la reforma laboral, que el Gobierno quiere cerrar este mismo mes. Zapatero también los convocará a una reunión en los próximos días, pero aún no hay fecha.

Zapatero anunció ayer una batería de medidas para acelerar la reducción del déficit público en 15.000 millones de euros entre 2010 y 2011. Los ajustes incluyen recortes sociales, fundamentalmente la congelación de pensiones y una rebaja media del 5% en los sueldos de los empleados públicos.

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró que la canalización del conflicto social «va a ser una realidad a lo largo de las próximas semanas». Buena parte de sus críticas se centró en el «ajuste duro» que supone la reducción del sueldo de los funcionarios para «cientos de miles de trabajadores», de los cuales, dijo, un 25% son trabajadores temporales y ya tienen salarios bajos. «Es un duro golpe para la economía de estas familias», apuntó.

Severino Fernández, vicesecretario general de UGT-Asturias, afirmó que las medidas «rompen la posición mantenida por Zapatero de no atacar el Estado del bienestar social ni los derechos de los trabajadores. Se debatirán las repercusiones, pero habrá reacciones».

El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, aseguró que «el comportamiento de los sindicatos ha sido y es impecable con los tiempos de la crisis; y seguirá siendo así, pero con estas medidas se produce un punto de inflexión». Subrayó que el «injusto y antieconómico» plan de ajuste del Ejecutivo llega en el «peor momento» para el diálogo social y avisó de que supone un «punto de inflexión» en la relación entre los sindicatos y el Gobierno.

El secretario general de CC OO en Asturias, Antonio Pino, acusó al Gobierno de «pasar a la clase trabajadora la factura de la crisis» mientras «se siguen sin afrontar con valentía los verdaderos retos: la reforma fiscal y financiera y la lucha contra el fraude y la economía sumergida». Pino consideró «necesario y urgente» que el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, convoque a los agentes sociales por la «inevitable repercusión e impacto» de las medidas anunciadas por Zapatero en Asturias. Y añadió que exigirá que se mantengan las inversiones productivas previstas y que se adelante, como en el caso de obras de infraestructura, para asegurar la creación de empleo.

Severino García Vigón, presidente de la patronal asturiana FADE, se posicionó en línea con la CEOE, de la que es vicepresidente. Aseguró que «muchas de las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno son positivas y responden a lo que veníamos demandando tanto desde la propia CEOE como desde la misma FADE de manera reiterada». El problema, añadió Vigón, «es el retraso con el que se han tomado unas medidas que debían haberse adoptado mucho antes, y no sólo por la presión de la UE».

El presidente de FADE sí lamentó que, por otro lado, las medidas anunciadas ayer puedan perjudicar la recuperación económica. «Siendo positiva la reducción del gasto, la parte negativa está en la reducción de la inversión en infraestructuras públicas, que puede perjudicar la actividad económica», afirmó.

Vigón añadió que, pese a apoyar las medidas anunciadas por Zapatero, éstas son insuficientes. «Siguen siendo necesarias, importantes y urgentes reformas como la laboral, la sanitaria y la del sistema financiero».