Viene de la página anterior

Prueba del clima de desconfianza es la evolución de los fondos de inversión en renta variable, que tras el cataclismo de 2008 habían recuperado terreno durante 2009. Los fondos europeos han vivido en las últimas dos semanas su mayor salida de dinero desde la quiebra de Lehman Brothers, según recoge un informe de Deutsche Bank.

No hay nada claro a corto plazo. Los analistas no se ponen de acuerdo sobre lo que puede ocurrir con la Bolsa española durante los próximos días. La mayoría -según las opiniones recogidas en la prensa especializada- prevén que la volatilidad continúe en las plazas europeas. Álvaro Blasco, director de Atlas Capital, ha comentado que la caída de los últimos días pudo ser debida al «nerviosismo y la ejecución de órdenes automáticas de venta». Otros agentes y expertos especulan con que la Bolsa madrileña no se estabilice hasta que se hayan encarrilado las dos grandes reformas económicas que están por concretar, la del mercado laboral y la de las pensiones. Prevén, no obstante, que la Bolsa no vuelva a estabilizarse hasta que la mayoría de las medidas anticrisis que se están adoptando estén en marcha.

Entre tanto, las declaraciones de algunos de los principales actores del mercado financiero parecen añadir leña al fuego. El presidente del Eurobanco, Jean Claude Trichet, ha comparado las dificultades que forzaron la aprobación de los mecanismos de rescate europeos -el riesgo de contagio inminente de la crisis griega de la deuda soberana a España, Portugal u otros países- con la situación que se vivió inmediatamente después de la quiebra de la entidad financiera estadounidense Lehman Brothers, en octubre de 2008. «Los mercados dejaron de funcionar, fue casi como tras la quiebra de Lehman», explica Trichet en una entrevista que publicará el semanario alemán «Der Spiegel» en su próxima edición del lunes, según informó ayer la agencia «Efe».

A juicio de Trichet, «hemos pasado y seguimos pasando tiempos dramáticos, sin duda la situación más difícil desde la Segunda Guerra Mundial, si no incluso desde la Primera (la Gran Guerra)». Y el presidente del BCE no da por superada la situación y cree que en el mercado «sigue existiendo el riesgo de contagio». «Todo puede ir extremadamente rápido, a veces, en cuestión de horas», sostiene. Trichet considera necesario que se produzca «un salto cuántico» en el control mutuo de la política económica europea. Hacen falta «sanciones eficaces para los que incumplan las reglas del déficit», asegura.

El francés Trichet se acerca a su jubilación al frente del BCE (será en 2011), su puesto lo ambiciona Alemania, según algunas informaciones periodísticas. La rocosa economía germana también se prepara para apretarse el cinturón. Angela Merkel está elaborando un ajuste del gasto público después de haberse mostrado reticente, provocando más dudas en los mercados, sobre la respuesta de la «eurozona» en defensa de su joven moneda.