Oviedo, Javier CUARTAS

Caja Rural de Asturias pedirá autorización el próximo día 11 a su asamblea general ordinaria para negociar su incorporación a un sistema integral de protección (SIP), una unión de cajas rurales que, bajo la figura de las llamadas «fusiones virtuales», permite integrar a diversas entidades sin que ninguna de ellas pierda su propia personalidad jurídica.

Caja Rural de Asturias, la segunda entidad financiera más relevante de titularidad totalmente asturiana, fue una de las cinco organizaciones impulsoras de la formación de una gran grupo de cooperativas de crédito. En la actualidad existen tres proyectos diferenciados: uno, en el que participan 21 cooperativas de crédito medianas y grandes (entre ellas, Caja Rural de Asturias); otro, conformado por 30 entidades rurales de ámbito local y comarcal (entre ellas, Caja Rural de Gijón), y un tercero (que es el más avanzado), liderado por Cajamar y un grupo de cajas rurales valencianas.

Lo que recabará el consejo rector de Caja Rural de Asturias a su asamblea es la concesión de una autorización genérica que le permita negociar la creación de un SIP. De llegarse a un acuerdo, éste volvería a ser sometido a la asamblea para su eventual aprobación.

El presidente de Caja Rural de Asturias, Román Suárez Blanco, es uno de los dirigentes del sector de crédito cooperativo que ha liderado los intentos de integración. A su juicio, es capital la creación de un órgano rector central para todo el SIP y con verdadera capacidad de decisión. Sin embargo, entre las cajas rurales hay aún mucha reticencia a esta cesión de soberanía a un órgano compartido. Y esto es lo que está retardando las SIP rurales, pese a que empezaron a estudiarse varios años antes de que las cajas de ahorros emprendiesen ese mismo camino.

Oviedo / Córdoba / Alicante

El consejo de administración de la caja cordobesa Cajasur, controlada por la Iglesia, rechazó anoche un acuerdo para fusionarse con la malagueña Unicaja, que acaba de absorber a la jienense Caja Jaén. Unicaja había aprobado la fusión minutos antes,

Los consejeros de Cajasur también acordaron pedir ayuda al Banco de España, entidad que había amenazado con intervenirla ante sus fuertes dificultades económicas si no consumaba su absorción por Unicaja.

El principal escollo para la fusión estuvo en el plan laboral, aprobado por Unicaja y que contaba con el recelo de los cordobeses ya que estos últimos tienen sueldos más elevados. Unicaja temía que los costes laborales alterasen sus balances si los trabajadores de Cajasur no se bajan el sueldo. Poco antes del consejo de administración, los sindicatos habían apuntado la existencia de un «acercamiento importante» sobre el plan laboral. Y el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, afirmó que la negociación entre Unicaja y Cajasur «va avanzando».

Caja Mediterráneo (CAM) aseguró a su vez que ni su consejo ni su asamblea abordaron ayer en sus respectivas reuniones su fusión con otras cajas. CAM dijo que mantiene abierta y «sin imposición de plazos» la puerta a una posible unión con otras entidades. Rechazada esa posibilidad por la valenciana Bancaja y rotos los contactos por Caja Murcia, CAM no renuncia a volver a hablar con esta última. Diversos medios apuntaron ayer a un posible intento de CAM para unirse en un SIP con la vasca BBK y con Cajastur. Esta última no confirmó ningún contacto: «Nuestra prioridad es culminar la integración de CCM pero seguimos atentos a todas las oportunidades», dijo un portavoz.